Día duro en la Volta

Foto: Biciclismo.
Como escribí en la entrada de ayer, la nieve apareció y aguó algo la fiesta a los ciclistas en la etapa de la Volta a Cataluña. Brjakovic ganó la etapa en unas condiciones climatológicas terriblemente adversas. La organización de la carrera no contó los tiempos, por lo que la general sigue como antes de la etapa y el tremendo esfuerzo de los corredores ayer valdrá más bien poco. Lo ocurrido ayer en la Volta merece una reflexión, aunque no me atrevo a ser tajante, porque comprendo que es una situación excepcional y nada fácil de manejar por parte de la organización.

Fue un día de perros y, como prueba de ello, están los 33 abandonos y las declaraciones de muchos ciclistas asegurando que, sin lugar a dudas, el de ayer fue el peor día que habían pasado encima de una bicicleta. La nieve hacía intransitable la parte final de la etapa, por lo que la organización tuvo que recortar más de 50 kilómetros del recorrido. Sinceramente, aunque esto también ha recibido algunas críticas, creo que se hizo lo razonable. Fue una solución de emegencia e improvisada, pero no había muchas más opciones. Donde metió la pata la organización fue en la decisión de los jueces de neutralizar los tiempos en meta. Al parecer, la decisión de acortar la etapa y establecer un nuevo final de etapa se tomó tarde y mal, a falta tan sólo de 10 kilómetros del nuevo final. La decisión de neutralizar los tiempos y anular las diferencias en meta se tomaron en base al reglamento, según informó la organización, por lo que poco se puede discutir desde ese punto de vista. Pero creo que es irrespetuoso hacia los ciclistas que han luchado en condiciones infrahumanas.

Tal vez la mejor decisión hubiera sido no tomar la salida, pero parece una tomadura de pelo para los corredores que lo han dado todo encima de la bicicleta no dar por válidos los tiempos. Ayer los aficionados al ciclismo nos debatíamos entre pensar que la etapa de ayer fue épica y gloriosa, o defender que se deben estaleblecer unos límites y se debe pensar en la salud de los ciclistas. Cierto es que uno de los grandes valores del ciclismo es precisamente el sacrificio y la capacidad de lucha y esfuerzo de los corredores, difícilmente comparable a casi ningún otro deporte, pero puede que ayer no se actuara de forma correcta. No pudimos ver imágenes de la etapa y los ciclistas sufrieron muchísimo para, finalmente, ver anulados los tiempos.

Para hacernos una idea de lo que fue la etapa de ayer, el vencedor, Janez Brajkovic, declaró en meta que había sido el día más duro de su carrera, que a partir del segundo puerto el objetivo era "simplemente mantenerse vivo", y que "si hubiéramos hecho toda la etapa, seguro que no habría acabado". También aseguró que "nadie sabía donde estaba la meta", y que había tenido mucho suerte. Y el ciclista esloveno del Astaná dio con la clave al declarar que, ante las previsiones de lluvia y mal tiempo, los organizadores deberían haber acordado recortar la etapa desde la salida, porque nadie sabía en el transcurso de la etapa dónde estaba la meta. Patra redondear la dantesca y complicadísma situación, a esta hora leo en Biciclismo que cinco equipos están atrapados en Port Ainé por las inclemencias meteorológicas. Estaban alojados allí y se han encontrado esta mañana con casi un metro de nieve que les impide salir de allí en dirección a la salida de la etapa de hoy.

En resumen, que ayer los ciclistas sufrieron mucho y todos se preguntarán hoy si valió la pena. Teniendo en cuenta que los tiempos se neutralizaron y viendo cómo todos lo pasaron fatal, creo que tal vez la respuesta es no. No creo que los aficionados al ciclismo necesitemos este tipo de sufrimientos terribles para admirar a los corredores y entusiasmarnos con este deporte. Porque ya les admiramos y, precisamente por eso, consideramos que su salud y su seguridad también debe contar, y mucho, en las carreras. Mucho más de lo que cuenta ahora. En todo caso, no podemos dejar de valorar su lucha y esfuerzo, y también creo que no debemos cebarnos en las críticas con la organización, que tantas otras cosas ha hecho y hace muy bien, porque lo de ayer fue algo excepcional.

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