Kittel vence en medio del caos


En el Tour siempre pasan cosas. Mejor dicho, nunca sabes cuándo puede ocurrir algo. En cualquier momento puede suceder un imprevisto, lo que obliga al corredor a estar extremadamente pendiente de todos los detalles en cada metro. De ahí, el desagrado cuando se les dice en meta aquello de "etapa tranquila hoy, ¿no?" Ayer, primera etapa del Tour del centenario, iba camino de serlo, con pocos incidentes. Hasta que se lío la mundial. En el Tour siempre puede ocurrir algo, siempre pasan cosas y nunca sabes dónde y cuándo. En las primera semanas, esas sorpresas casi quedan reducidas a las caídas. Sin etapa prólogo, los nervios y los incidentes de este tipo se han adelantado un día a lo habitual en la ronda gala. En cualquier momento, salta la liebre. Que se lo digan si no a Chris Froome, que se fue al suelo en la zona de recorrido neutralizado, antes de darse la salida real de la etapa. Caída sin importancia que le obligó a cambiar de bici. 

Siempre pasa algo, incluso en esas etapas, como las de ayer, más anodinas y aparentemente intrascendentes. Como, por ejemplo, que entres en la fuga del día y te lleves el premio gordo, el derecho a vestir el maillot de la montaña, la emblemática prenda blanca a puntos rojos, qur hoy llevará el corredor del Euskaltel-Euskadi Juanjo Lobato. Nos dio la primera alegría del Tour ganando el esprint del puerto de cuarta categoría a sus compañeros de fuga. Trabajo cumplido. Él sacaría algo más que dejarse ver y enseñar el patrocinador durante varias horas por televisión. Él subió al podio en el final de etapa y hoy llevará un maillot identificable que le señala como líder de la montaña. 

Junto al ciclista gaditano del conjunto vasco formaron la escapada Boom (Belkin), Cousin (Europcar),  Lemoine (Sojasun) y Juan Antonio Flecha (Vacansoleil-DCM). El pelotón no les dejó coger una renta superior a cuatro minutos, por lo que nunca llegaron a soñar con dar la sorpresa. El guión estaba escrito. Y así pasaban los kilómetros, en bastante calma y tranquilidad. Pensando todos en el esprín final, del que tuvimos un anticipo en la meta volante. Pasaron por delante los fugados, pero aún quedaban puntos de la clasificación de la regularidad por jugarse, y los velocistas demostraron que quieren disputar el verde desde el principio. Allí vimos a Greipel, Cavendish, Sagan y Goss, entre otros, luchando por los puntos. Ganó el campeón alemán. 



La fuga tocó a su fin y los equipos de los hombres rápidos tomaban posiciones en cabeza de carrera. Y entonces, lo nunca visto. Porque en el Tour siempre pasan cosas, incluso cosas que no recuerda haber visto nunca ni el más viejo del lugar. El autobús del equipo Orica GreenEdge se quedó empotrado en meta, como ven en la imagen. Ni para adelante, ni para atrás. No había manera de retirarlo. Faltaban 15 kilómetros para el final y aquello no se arreglaba. Los nervios empezaron a cundir en la organización, que anunció por Radio Tour que adelantaba de manera provisional la meta a la pancarta de 3 kilómetros para meta. Córcega,  por donde nunca antes en sus 110 años de historia había pasado la ronda gala, era el escenario de una situación caótica en el desenlace de la etapa. Finalmente, se logró sacar el autobús, por lo que la etapa podría concluir donde estaba previsto.

Tras este lío del bus, por el que el Tour ha sancionado a Orica GreenEdge al no respetar el horario puesto por la organización para los autobuses de los equipos en su paso por meta, aún quedaba por llegar el otro gran incidente del día. Una tremenda montonera en el pelotón. Un corredor situado en la parte delantera del gran grupo se iba al suelo. Gran caída a falta de tan sólo 5 kilómetros para el final. No dentro de los 3 últimos kilómetros de la zona de protección. El desconcierto inundó esa parte final de la etapa, pero el Tour anunció pronto que los tiempos serían neutralizados por el caótico desenlace provocado por el lío del autobús. 

Con la tranquilidad de saber que no se picarían tiempos en meta, la preocupación llegaba por los afectados en la caída y su estado. Vimos entrar en meta a Alberto Contador con el maillot rasgado en el hombre. Después nos tranquilizó. "Chapa y pintura". Tony Martin fue uno de los más afectados. También se fue al suelo Peter Sagan. Steegmans, Brajkovic, Gallopin, Fischer, Egoitz García, Jerome Coppel, Gerain Thomas, Ian Stannard y Edward King fueron los otros afectados por la caída. Veremos si todos ellos pueden tomar hoy la salida. 



El incidente a menos de 6 kilómetros de meta cortó el grupo, por lo que el esprín anunciado sería más reducido. El más rápido fue el joven alemán del Argos-Shimano Marcel Kittel (25 años), que merced a esta victoria de etapa se llevó casi todas las demás clasificaciones. Entre ellas, el premio gordo, ese que tan difícil les resulta conseguir a los velocistas, porque el Tour suele comenzar con una etapa prólogo: e maillot amarillo de líder. Kittel vestirá hoy la prenda más preciada en la ronda gala. Por cierto, de juventud fue ayer el esprín, porque el ciclista de menor edad de este Tour, Danny Van Poppel (Vacansoleil) fue tercero en la volata, sólo por detrás del mencionado Kittel y de Alexander Kristoff (Katusha). Esto es lo que se llama un gran debut en el Tour. 

Clasificación de la etapa 1 y general
1 Marcel KITTEL GER ARG 4:56:52
2 Alexander KRISTOFF NOR KAT 0
3 Danny VAN POPPEL NED VCD 0
4 David MILLAR GBR GRS 0
5 Matteo TRENTIN ITA OPQ 0
6 Samuel DUMOULIN FRA ALM 0
7 Greg HENDERSON NZL LTB 0
8 Jurgen ROELANDTS BEL LTB 0
9 Jose Joaquin ROJAS GIL ESP MOV 0
10 Kris BOECKMANS BEL VCD 0


Hoy, segunda etapa. También se emitirá íntegra, desde las 13 horas. Bastia-Ajaccio, 156 kilómetros. Ojo porque el perfil no tiene nada que ver con el de la jornada de ayer. Cuatro puertos, tres de tercera y uno de segunda. Les costará más a los esprinters jugarse entre sí el triunfo, sobre todo por la dureza del puerto de segunda (aunque su cima está a demasiado de meta, más de 56 kilómetros) y por la presencia de la Côte du Satano, de tercera, a 12 del final. Buen día para ciclistas como Sagan, si el eslovaco está recuperado de la caída. Como decimos, en el Tour siempre pasan cosas. En cualquier momento. Al fin y al cabo, c´est le Tour

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