Una década sin El Chava. 10 años se cumplen hoy de la trágica muerte de José María Jiménez, el genial escalador de El Barraco, el legendario ciclista capaz de la más brillante y arrolladora victoria y también de cualquier pájaro monumental. Una estrella. Probablemente el ciclista más mediático, el que más carisma tenía del pelotón. Los aficionados le adorábamos como tal vez no hemos vuelto a adorar a ningún otro corredor. Era alguien especial. Distinto. Único. El Chava consiguió 28 victorias como profesional, que no es poco precisamente, pero era de esa clase de corredores diferentes, cuyo comportamiento no se puede medir sólo por el palmarés que, ya digo, es glorioso. El Chava iba más allá. Su grandeza, como la de todos los mitos de este deporte, residía en las sensaciones que lograba transmitir a los aficionados. Era un genio. Quienes disfrutamos de su pedaleo, de sus genialidades, de sus ataques imposibles, kamikazes, de sus victorias gloriosas, de su fama y de su grandeza nos sentimos hoy, 10 años después de su muerte, en la necesidad y en la obligación de contar aquello que sentimos viendo a José María Jiménez encima de una bicicleta.
En 1992 pasó a profesionales, el año en que ganó el Circuito Montañés. El salto a profesionales lo dio con Banesto. Sus primeras victorias llegaron dos años después, con la Subida a Urkiola, la Vuelta a La Rioja (más una etapa) y el Memorial Manuel Galera. En 1995 se llevó una etapa de la Volta a Catalunya y fue segundo en el campeonato de España en ruta. Desde el comienzo destacó como escalador, pese a que en realidad tenía una talla más propia de otro tipo de corredores. Pero tenía una potencia explosiva, inigualable, en cuanto la carretera se empinaba. La Subida a Urkiola fue la única victoria que conquistó en 1996.
El año de la explosión de El Chava llegó en 1997. Entonces se presentó definitivamente al gran público. Ese año dio el salto de calidad que le situó en el lugar de los elegidos, allí donde están los más grandes. José María Jiménez ganó ese año una etapa y la clasificación de la montaña en la Vuelta Ciclista a España, su carrera, donde más gloria alcanzó y donde más sintió la pasión de la afición por su forma de correr, por su estilo irrepetible, de ciclismo añejo, de ausencia total de pinganillos y conservadurismo. Además de esos triunfos en la Vuelta, El Chava redondeó un excepcional 1997 con la Vuelta a La Rioja (más una etapa), dos etapas del Giro de Italia y el campeonato de España en ruta.
Ya situado en la élite del ciclismo, en 1998 el corredor abulense no defraudó a las enormes expectativas que había creado. Todo lo contrario. Aún dio un paso más, arrasando en la Vuelta a España con cuatro etapas (todas ellas con final en alto), el tercer puesto en la general final y la clasificación de la montaña. También sumó ese año una etapa de la Vuelta a Asturias y otra en Dauphiné Liberé. En el 99, El Chava volvió a ganar en la Vuelta una etapa y la clasificación de la montaña. No una etapa cualquiera, no. Fue él, quién si no, el primer ganador en el Alto del Angliru, cima asturiana que en muy pocos años se ha convertido en un puerto legendario para esta carrera y para este deporte. Ganó El Chava aquel día, cuyo recuerdo permanece intacto en la retina y en la memoria de todos, con su arrollador ataque, emergiendo desde la niebla, para dar caza al ruso Pavel Tonkov y alzarse con la victoria. Ese año también corrió el Giro, su segunda y última corsa rosa, donde su mejor resultado fue un segundo puesto en una etapa de montaña donde ganó otro mito añorado, El Pirata Marco Pantani.
En el año 2000, Jiménez disputó el Tour de Francia, donde tuvo un segundo y un tercer puesto en sendas etapas. Antes, había corrido en la grande boucle en 1998, cuando se retiró en la etapa 16. El Chava siempre se encontró más cómodo en casa, en la Vuelta. En 2000 no quedó en blanco su palmarés, pues ganó la Volta a Catalunya más dos etapas y la extinta Clásica de los Alpes. Su último año como profesional fue el 2001, cuando se despidió a lo grande la Vuelta: tres etapas, la clasificación por puntos y la clasificación de la montaña. Tras su retirada, El Chava comenzó su declive personal. Una depresión le arrastró a un estado de ánimo lamentable, tan distinto a esa ilusión y ese espíritu extrovertido que derrochaba. Falleció el 5 de diciembre de 2003, hoy hace 10 años. No le olvidamos. Siempre estará en el recuerdo.
Dejo aquí un documental que RTVE emitió en 2001 sobre la figura de El Chava. Es altamente recomendable siempre, y más todavía en un día como hoy.
"El Chava, la leyenda", documental de RTVE sobre la figura del genial ciclista abulense
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