Momentos del año (Segunda parte)
Horner da la sorpresa en la Vuelta: no estaba en las quinielas de nadie, pero él creía en sus opciones y con eso sobraba. Chris Horner, pasados los 40 años, consiguió en la Vuelta la victoria de su vida. Por su edad y por el clima de sospecha permanente que atufa al ciclismo, muchos han dudado (y dudan de su victoria). Nada deseo más que no tener que rectificar estas palabras, pero yo sí creo en él. Hasta que nadie demuestre lo contrario, es el justo vencedor de una Vuelta 2013 que nos volvió a brindar un gran espectáculo. Horner, ganador, se mereció todos los elogios, pero también hizo aún más grande su victoria la valiente actitud de Nibali, que atacó hasta la extenuación intentando arrebatar la roja al estadounidense. El Tiburón es un corredor de los de antes, de los que nunca se rinde. Un corredor único. También tuvieron su protagonismo en esta Vuelta Alejandro Valverde, tercero en la general, y Joaquim Rodríguez, ganador de una etapa. También fue muy combativa la actitud de Nicolas Roche, de Javier Aramendía y de Dani Moreno, entre otros. Por último, en la Vuelta constatamos lo que se ha apreciado en muchas otras carreras este año: que el ciclismo francés tiene un prometedor futuro por delante. En la ronda española demostraron de lo que son capaces los jóvenes Barguil (dos etapas), Geniez (un trinfo parcial), Elissonde (victoria en el Angliru), Hedet (campeón de la montaña) y Thibaut Pinot (llamado a ser el hombre de grandes vueltas del ciclismo galo en los próximos años).
Monumentos del ciclismo: las cinco grandes clásicas consideradas como monumentos del ciclismo (Milán-San Remo, Tour de Flandes, París-Roubaix, Lieja-Bastoña-Lieja y Giro de Lombardía) fueron un año más grandes momentos de la temporada. Hubo sorpresa en una Milán-San Remo disputada bajo la nieve y con tramos neutralizados y suspendidos por el dantesto clima. El alemán Geral Ciolek, del conjunto sudafricano MTN Qhubeka consiguió el triunfo. Hizo historia para el primer equipo africano del pelotón, que aspira a disputar el próximo año (y me da en la nariz que lo va a lograr) el Giro de Italia con una invitación. Secundaron a Ciolek en el podio, Peter Sagan y Fabian Cancellara. En el Tour de Flandes, Fabian Cancellara fue más Espartaco que nunca. Dio un recital marchándose en solitario camino de la gloria en la edición centenaria de esta clásica. Reventó a Sagan, el que más aguantó a su rueda, y se llevó el triunfo de forma imperial. Una semana después, la cita era con el Infierno del Norte. La París-Roubaix también terminó con Cancellara en el primer puesto del podio, pero en absoluto fue un triunfo sencillo (ninguno en una gran clásica lo es). Espartaco declaró en meta que había sido "la pelea más larga que he librado encima de una bici". Ganó, sí, pero en un apretado sprint final en el velódromo de Roubaix ante el joven y prometedor clasicómano Sep Vanmarcke, que lloró desconsolado por lo cerca que estuvo de la victoria. El cuarto monumento del año, la Lieja-Bastoña-Lieja, fue para Dan Martin. El ciclista irlandés del Garmin ha hecho un 2013 espectacular. Se llevó la victoria aventajando en 3" a Joaquim Rodríguez y en 9" a Alejandro Valverde. Estos dos ciclistas españoles estuvieron también en el podio final del Giro de Lombardía (en la imagen). Valverde, en la segunda plaza. Purito, por su parte, conquistó su segundo Giro de Lombardía. Logró una formidable victoria en el último monumento de la temporada, en la clásica de las hojas secas, en la carrera de un día que está cogiendo tanto gusto ganar. Segundo año seguido. Colofón glorioso a su gran año.
Grandes momentos en otras carreras: no sólo de grandes vueltas y monumentos vive el ciclismo. Ni mucho menos. Este 2013 hemos disfrutado de grandes carreras. Por ejemplo, la Tirreno-Adriático (a la izquierda, el podio final de la prueba), donde se produjo una espléndida concentración de ciclistas de primer orden. Fue la única carrera del año en la que Froome fue vencido. Nibali se llevó la victoria en una prueba bellísima. Como bellas fueron las victorias de Dani Moreno en la Flecha Valona o de Nairo Quintana en la Vuelta al País Vasco. La Volta a Catalunya fue para Daniel Martin. En la Clásica de San Sebastián, otra de las carreras más bonitas del año, el triunfo fue para el francés Gallopin. Escapadas, ataques, victorias, estrategias de equipo, derrotas en los últimos metros, triunfos agónicos... Innumerables momentos de pasión ciclista a lo largo del calendario de la temporada 2013.
El regreso a la élite del ciclismo colombiano: los escarabajos han vuelto. 2013 será recordado como el año en el que los corredores colombianos regresaron a la élite, allí donde siempre estuvieron con grandes escaladores imbatibles en la alta montaña. Con Nairo Quintana (segundo en la general, clasificación de los jóvenes y de la montaa en el Tour; triunfos de etapa y general en País Vasco; etapa en Volta a Catalunya; etapa y general en Burgos...) como principal referente, pero no sólo. Rigoberto Urán fue podio en el Giro de Italia (segundo) y logró una etapa. Sergio Luis Henao, también del Sky, se llevó una etapa de la Vuelta al Algarve y otra del País Vasco. Carlos Alberto Betancur (Ag2r), consiguió ser el mejor joven del Giro de Italia. Además, el país cuenta con un equipo, el Colombia, que ha dado mucho juego este año con ciclistas como Leonardo Duque o Darwin Atapuma. Un país a tener en cuenta. Tercero en la clasificación por naciones del World Tour. Unos corredores insuperables en la montaña que han vuelto al lugar que les corresponde en el ciclismo mundial.
Cambio en la UCI: Pat MQuaid ya es historia, negra y triste, del ciclismo. El relevo al frente de la Unión Ciclista Internacional es otra de las noticias de este año. El británico Brian Cookson alcanzó la presidencia desbancando del poder al polémico y controvertido irlandés. La labor de Cookson al frente del ciclismo mundial es titánica, hercúlea. Se ha puesto como objetivo principal devolver la credibilidad al ciclismo. Nuestro deporte necesita como agua de mayo una renovación. Ojalá Cookson sea capaz de traerla, dejando atrás épocas turbias y de gestión dudosa.
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