Resumen del 2014 ciclista (III)

Nairo conquista el Giro. Después de repasar los 10 ciclistas más destacados del año, pasamos en los dos últimos artículos del 2014 a analizar los mejores momentos de la temporada. Hoy nos dedicamos a hablar de las tres grandes vueltas, que han vuelto a ofrecernos memorables etapas. El Giro de Italia, por seguir un orden cronológico, aunque creo que este año la Vuelta ha sido otra vez la más emocionante de las carreras por tres semanas del calendario, fue un éxtasis del ciclismo colombiano. Nairo Quintana  (Movistar) se impuso en la corsa rosa y estuvo acompañado en el podio por su compatriota Rigoberto Urán (Omega Pharma-Quick Step) y por el italiano Fabio Aru

El gran momento del Giro fue el ataque de Nairo Quintana en el descenso del Stelvio y su posterior cabalgada hacia la gloria en la ascensión final a Vall Martelo. Es una etapa que se recordará con el paso del tiempo. El error de la organización del Giro, o al menos la falta de comunicación, hizo que algunos equipos interpretaran que el Giro neutralizaba el descenso al Stelvio, en base a un mensaje de Twitter, pero en realidad todo lo que la organización acordó fue situar una moto con una bandera roja al frente del pelotón. Nairo Quintana anduvo avispado y logró pillar de sorpresa al hasta entonces muy sólido líder, su compatriota Rigoberto Urán. Quintana, con todo, fue de menos a más y terminó demostrando ser el más fuerte de la carrera. 

El Giro de Italia dejó muchos más titulares. El triunfo de Quintana dio la razón a la decisión de Movistar, muy discutida, de enviar al portentoso escalador colombiano a la ronda italiana a pesar de su segundo puesto en el Tour de Francia el año pasado. La irrupción de Fabio Aru, tercero en la carrera, también fue otra de las mejores noticias de este Giro y, de hecho, de esta temporada. Triunfaron con varias victorias de etapa en este Giro Nacer Bouhanni (FDJ), Michael Roger (Tinkoff-Saxo), Diego Ulissi (Lampre-Merida) y Marcel Kittel (Argos-Shimano). También coparon sus momentos de gloria el canadiense Svein Tuft y los australianos Michael Matthews y Cadel Evans, ambos del BMC; que vistieron de rosa en la parte inicial de la carrera. El Giro también estuvo marcado por el infortunio que obligó a Dan Martin (Garmin-Sharp) y a Joaquim Rodríguez (Kathusa) a retirarse de la carrera antes de tiempo. 

Nibali avasalla en el Tour. La diosa Fortuna también jugó su papel en el Tour de Francia. Inevitablemente, cualquier análisis de la ronda gala incluye la alusión a las retiradas prematuras a causa de sendas caídas de Alberto Contador y Chris Froome, los dos grandes favoritos a la victoria final en París al comienzo de la ronda gala. Aunque es lógico que así sea, también resulta injusto con Vincenzo Nibali, que fue el gran dominador de la carrera de principio (ganó la segunda etapa, una mini clásica espectacular por tierras británicas) hasta el final (sacó más de ocho minutos al segundo clasificado)

Como en el artículo del domingo hablamos ya largo y tendido del soberbio Tour de Francia que se marcó el ciclista italiano del Astana, hoy vamos a hacer balance de todo lo demás que nos dejó la ronda gala. Por ejemplo, la resurrección del ciclismo francés. Por primera vez en muchos años, dos ciclistas locales (el veterano Jean Christopé Péraud y el talentoso y prometedor Thibaut Pinot) subieron al podio del Tour. La organización de la carrera ha tomado nota y ha construido un recorrido a la medida de Pinot y de otro joven francés que puede lograr grandes victorias en el futuro, Romain Bardet (sexto), con menos kilómetros conrarreloj que nunca antes para que en 2015 un francés pueda, al fin, imponerse en la mejor carrera del mundo, que además es la de casa. 

El polaco Rafal Majka, compañero de equipo de Contador en el Tinkoff-Saxo, llegó al Tour de rebote, ya que había corrido el Giro y sólo después de la suspensión cautelar de Roman Kreuziger por dudas sobre su pasaporte biológico el conjunto ruso decidió enviarlo a la carrera francesa. Se resistió al principio, pero se sobrepuso. Y de qué forma. Majka ganó dos etapas y se llevó el maillot de la montaña. Tony Gallopin, que vistió de amarillo un día y ganó una etapa; Lars Boom, que se llevó la victoria en la descomunal quinta jornada sobre el adoquín y Haimar Zubeldia, octavo en la general de la ronda gala, fueron otros nombres de un Tour que será recordado por las ausencias y por la autoridad indómita de Nibali. 

Contador bate a Froome en la Vuelta. El duelo entre Alberto Contador y Chris Froome, que era de partida el gran aliciente del Tour, hubo de posponerse a la Vuelta Ciclista a España. La ronda española volvió a presentar un recorrido explosivo con muchos finales en alto en el que vimos espectáculo desde el comienzo. Contador fue el amo y señor de la prueba desde el comienzo, cuando él decía que sólo venía a ganar etapas, que no sabía hasta dónde le dejaría llegar su maltrecha rodilla. Ya entonces todo el mundo vigilaba al corredor del Tinkoff-Saxo. Nadie se fiaba. Se fue entonando el pinteño y concluyó ganando de forma imperial, como sólo sabe hacerlo, su tercera Vuelta a España tras conquistar dos etapas. 

El marcaje entre Joaquim Rodríguez y Alejandro Valverde, bastante picados durante toda la carrera ("cuando una salta, el otro le corta y así otra vez", resumió Purito, siempre claro, un día ante la prensa) fue otro factor decisivo de la Vuelta. Tanto que muchos sostienen que, si se hubieran puesto de acuerdo para eliminar a Froome o incluso para hacer daño a Contador en la primera parte de la carrera, el resultado final de los dos españoles habría sido distinto. En cualquier caso, Valverde dio una auténtica exhibición terminando tercero y ganando una etapa en la que había ejercido de gregario para Quintana, quien poco después se retiró por una caída en el año de la mala suerte para los grandes, y Joaquim Rodríguez hizo todo cuanto pudo y buscó hasta el final una victoria de etapa que salvara una temporada en la que querer no ha sido poder para él. 

Chris Froome, por supuesto, también dio realce a la victoria de Contador. La grandeza de las victorias se mide, en cierta forma, por la talla de los rivales ante los que se consiguen. Froome es un corredor excepcional que en este 2014 no ha ofrecido su versión intratable de 2013, pero que por eso mismo ha reivindicado mucho más su valía. Porque creo que se mide mucho más la clase de los ciclistas cuando no están en estado de gracia, cuando no tienen el golpe de pedal deseado (véase el ataque kamikaze que le dio la Vuelta a Contador en 2012 camino de Fuentedé, por ejemplo) que cuando aplantan a sus rivales y exhiben un dominio tiránico. En este Vuelta vimos a Froome sufrir, ir de menos a más, resistir a duras penas en la montaña y, sin embargo, buscarle las cosquillas a Contador hasta el final. No le sirvió para asaltar el rojo, pero a cambio se ganó el reconocimiento de los amantes del ciclismo. 

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