El principio de la temporada, con carreras por todo el mundo, es siempre un duelo a distancia entre los grandes velocistas. Los hombres rápidos del pelotón se dividen entre las múltiples pruebas y muchas veces no se encontrarán todos los astros del sprint hasta una gran vuelta, especialmente el Tour de Francia. En este duelo a distancia, Marcel Kittel es uno de los pocos grandes especialistas de las llegadas masivas que faltaba por estrenarse este año. Ayer se desquitó, adjudicándose la segunda etapa de la Tirreno-Adriático.
El corredor alemán del Katusha-Alpecin se impuso a rivales de entidad, ya que ganó por delante de Peter Sagan y de Giacomo Nizzolo. Kittel contó en meta que esta es su primera victoria en tierras italianas, ya que sus triunfos de etapa en el Giro se produjeron en otros países. Al frente de la general de la carrera de los dos mares se situó Patrick Bovin, empatado a tiempo con sus compañeros de equipo en el BMC, ganador de la crono por equipos inaugural. Bovin tomó el relevo de Damiano Caruso, porque concluyó en un puesto mejor que el de su compañero.
Lamentablemente, la caída que sufrió Mark Cavendish, otro velocista ilustre, en la primera jornada de la Tirreno-Adriático le obligó a retirarse de la competición. No ha podido ser más desafortunado su comienzo de temporada. En ese duelo a distancia de velocistas, por cierto, sin duda el gran vencedor de lo que va de temporada es Dylan Groeneweven, ganador de una etapa del Tour de Dubai, dos de la Volta ao Algarve, la Kuurne-Bruselas-Kuurne y una etapa de la París-Niza, que está disputando.
Ayer, sin embargo, el ciclista del Lotto-Soudal no pudo sumar otra victoria de etapa, porque no se resolvió al sprint la quinta etapa de la Carrera del Sol, en la que ganó Jerome Cousin, del Direct Energie, quien no colaboró con su compañero de fuga, Lils Politt (Katusha), y acabó arrebatándole la victoria de etapa. Luis León Sánchez sigue como líder de la París-Niza.
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