Ion Izagirre y Adam Yates triunfan en Santa Llúcia

Que ser valiente no salga tan caro, que ser cobarde no valga la pena. Estos versos de Sabina definen a la perfección lo que sienten los corredores valientes que intentar destrozar los esquemas y romper los guiones en las pruebas ciclistas. Los valientes que lo intentan. Los que desafían al gran pelotón. Los que ponen en aprietos a los equipos de los líderes, y les obligan a trabajar. Ayer fue Silvan Dillier (Ag2r) quien desempeñó ese papel  de valiente en la Vuelta a la Comunidat Valenciana. El ciclista suizo entró en la fuga del día, junto al omnipresente Diego Rubio, del Burgos BH, y a Joao Rodrigues, del W52. 


Lo tenían difícil los fugados, porque la de ayer era la etapa reina de la ronda valenciana, en la que tendría que decidirse la carrera. Pero, aun así, lo intentaron. Valientes. Osados. El que más resistió en cabeza fue Dillier, quien avanzó en solitario hasta la ascensión final, en la que fue cazado. Se le hizo muy largo el final de la etapa, pero le puso emoción hasta el final y obligó al pelotón a no confiarse, a tirar con dureza para echar abajo su intentona. No tuvo éxito ni opciones reales de ganar nunca, pero son esos intentos quijotescos los que engrandecen el ciclismo y aportan más emoción a las carreras. Entre otras cosas, porque a veces sí llegan a buen puerto. 

No fue el caso ayer. Los equipos de los corredores con opciones de victoria en la general se encargaron de echar abajo la escapada de Dillier. Muy activo se mostró el Astana, que se movió por partida doble, primero con Merhawi Kudus y después con Luis León Sánchez. Ambos trabajaban para Ion Izagirre, que era el favorito mejor situado en la general y al que le valía llegar de la mano de sus rivales. Pronto se hizo la selección y quedaron por delante los mejores corredores de la carrera valenciana, entre los que ha estado, por cierto, un excepcional Sergio Andrés Higuita, colombiano de  la Fundación Euskadi, a quien habrá que seguir muy de cerca. Junto a él, Izagirre, Adam Yates, Dan Martin, Jesús Herrada y Alejandro Valverde

El ataque decisivo lo dio Adam Yates, quien estuvo acelerando la marcha prácticamente toda la subida a la Ermita de Santa Llúcia, durísima, con un muro del 20%. Pero aun así tuvo fuerzas para lanzar ese último demarraje, que nadie siguió en un primer momento. Cuando Valverde saltó a por él ya era demasiado tarde y el campeón del mundo concluyó segundo, al palo, otra vez. Ion Izagirre cedió apenas dos segundos, lo que le permitirá llevarse hoy el triunfo en la general final, tras la disputa de una etapa totalmente llana con la que concluirá la carrera. 

Hoy también se disputa la edición femenina de la ronda valenciana. 

La tercera etapa de la Etoile de Bességes, disputada ayer, se la adjudicó Marc Sarreau, del Groupama FDJ. 

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