El Giro de Italia va por libre y mantiene su personalidad. Poco después de que el Tour de Francia anunciara un recorrido para su edición de 2020 sin una sola contrarreloj llana y con grandes parecidos con los trazados de la Vuelta Ciclista a España en los últimos años, la primera de las grandes vueltas no se deja llevar por la corriente. De entrada, mantiene las cronos y les da mucho más importancia que en el resto de las carreras de tres semanas. Tres pruebas contrarreloj deberán afrontar los ciclistas en el Giro de 2020. Para empezar, en Budapest, de donde saldrá la corsa rosa el próximo año, con una contrarreloj individual de 9,5 kilómetros, con final que pica hacia arriba. La siguiente crono será en la etapa 14, con 33,7 kilómetros entre Coneglino y Valdobbiadene. La tercera y última contrarreloj llegará el último día, en Milán, para decidir la carrera, en una lucha individual contra el reloj de 16,5 kilómetros.
Lo dicho, muy distinto al Tour, quizá también para tentar así a ciclistas a los que no les agrade la creciente reducción de kilómetros contrarreloj de la ronda gala. Pero que haya muchos más kilómetros contrarreloj no significa que no haya montaña. La hay, como siempre en el Giro, en abundancia, y en un in crescendo que reservará la mayor dureza para la parte final de la prueba.
Después de la crono inaugural en Budapest el sábado 9 de mayo, el Giro disputará dos etapas más por tierras húngaras, sendas oportunidades para los velocistas. Sin un día de descanso por medio, en la cuarta etapa la carrera entra en Italia, con una jornada con final cuesta arriba en Agrigento. Al día siguiente, primer gran final en alto, con el Etna. En eso sí se parece el Giro con las otras grandes vueltas, en adelantar cada vez más la primera jornada montañosa. La primera semana de carrera tendrá aún otro final en alto, en Camigliatello Silano, en la séptima etapa.
Los dos días clave de la segunda semana de carrera serán la citada contrarreloj de la decimocuarta jornada y la etapa del día siguiente, con final en Piancavallo y cuatro puertos de montaña.
Para la última semana del Giro, del martes 26 al domingo 31 de mayo, queda la traca final, sin un solo día tranquilo, o casi. La etapa 16 será la clásica jornada rompepiernas y dará paso a las más exigentes etapas de montaña del Giro. Etapa 17, final en Madonna di Campligio; etapa 18, final en Laghi di Cancano; y etapa 20, final en Sestrière. Las tres, con más de 200 kilómetros de recorrido. Las tres, auténticos taponnes marca de la casa. Para el último día, la contrarreloj final en Milán.
A la presentación del Giro han asistido, entre otros, el vigente campeón de la carrera, Richard Carapaz, que el próximo año correrá en el Ineos; y Peter Sagan, que en 2020 estará tanto en el Giro como en el Tour.
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