Mollema conquista su primer monumento

La de 2019 ha sido la temporada de la irrupción de grandes figuras jóvenes llamadas a llevar la voz cantante en el ciclismo durante muchos años. No deja de ser irónico que el último monumento de este 2019 tan joven lo haya ganado Bauke Mollema a sus 32 años. No tanto porque a esa edad sea mayor, desde luego, sino porque es su estreno en los monumentos, su primera victoria en una de las cinco grandes clásicas del calendario. Y porque el corredor neerlandés tiene un palmarés que parece muy por debajo de su talento. A diferencia de muchos de esos jóvenes talentosos que ganan con enorme facilidad, a Mollema le cuesta mucho más rematar. Este año, sin ir más lejos, no había logrado ningún triunfo. Por eso su victoria de ayer en Il Lombardía es tan especial. Por eso y porque fue el más fuerte y el más listo, sacando partido de la vigilancia entre los grandes favoritos que, tal y como declaró en meta el ciclista del Trek, posiblemente le minusvaloraron. 


El ataque de Mollema llegó a unos 20 kilómetros de meta, en la subida a Civiglio. Por detrás, un grupo en el que marchaban los máximos aspirantes a la victoria, como Alejandro Valverde, Egan Bernal y Primoz Roglic, se detuvo ante ese demarraje. Nadie saltó a por Mollema, tal vez nadie se lo tomó demasiado en serio, o puede que tan sólo nadie quisiera vaciarse en su caza para que después uno de sus rivales se llevara la victoria. Hubo indecisión, de la que sacó partido Mollema, a quien ya nadie vería hasta meta. 

Saltó Pierre Latour, primero. Después hubo ataques de Roglic (que después estalló) y de Valverde, a quien se veía realmente fuerte. Pero ya era tarde, se había escapado la oportunidad y Mollema no se iba a dejar atrapar tan fácilmente. Valverde, que dijo a los periodistas después de la carrera que se va con una sensación agridulce porque se sentía con fuerzas para ganar, sólo pudo ser segundo. Él, una vez más, era un ciclista vigilado y temido por todos. Como dice Javier Ares, el único ciclista que pierde carreras, tal es su favoritismo en casi cada carrera en la que participa. Él saltó a por Mollema, pero terminó siendo cazado por Bernal y Jakob Fuglsang. El Bala les ganó el sprint por el segundo puesto, mientras que Bernal fue tercero. 

El corredor colombiano no pudo estrenarse el mismo año en una grande y un monumento, pero aun así terminó contento Il Lombardía. Su primer podio en un monumento con 22 años. No está mal. Tiempo tiene para volver a ganar el Tour unos cuantos años y para ganar la clásica de las hojas muertas, también. Junto a él y Mollema en el podio, Valverde no estaba tan feliz, porque quería ganar, porque sabía que podía ganar y porque él ya tiene un podio del último monumento del año. No pudo ser con 39 años, tendrá que ser ya en 2020 con 40. Si alguien puede lograrlo es él, que concluye esta temporada, en la que ha vestido de arcoíris hasta hace unos días como flamante campeón del mundo, con otras cinco victorias que sumar a su esplendoroso palmarés: una etapa del UAE Tour, la Ruta de Occitania más una etapa, el Campeonato de España en ruta y una etapa en la Vuelta, donde además fue segundo. 

La temporada 2019 ha tocado casi a su fin, aunque hoy se disputa otra prueba de un día con mucha historia, la París-Tours, que emitirá Eurosport a partir de las 15:45 horas, y que nos deja cada año esa sensación de orfandad propia de cada fin de temporada

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