Recuerdos ciclistas (VI): La Vuelta en el Bernabéu

El recuerdo ciclista de hoy es de 2002 y es de los que viví in situ, absolutamente entusiasmado, con nervios de emoción y de ilusión. Nunca he sido demasiado futbolero, pero este recuerdo ciclista transcurre en el Santiago Bernabéu. Ese año, el Real Madrid cumplía 100 años de historia y entre los eventos especiales que celebró el equipo blanco estaba acoger en su estadio la etapa final de la Vuelta Ciclista a España


No sé si fue la primera vez que una prueba ciclista transcurre por un campo de fútbol, sí sé que no fue la última y que varias pruebas han seguido atravesando estadios, como el campo del Athletic el año pasado. Pero aquello fue especial. Porque era el final de la Vuelta, nada menos, cuando la Vuelta terminaba además en una contrarreloj y no en una etapa llana destinada al sprint, lo que permitía que la prueba estuviera abierta hasta el final. Emoción hasta el último segundo. 

Recuerdo entrar en el campo asombrado, con cierto temor (inocente, que era uno) a no tener hueco, porque no entraba en mi cabeza que cualquier habitante de Madrid decidiera hacer cualquier otra cosa ese domingo que ir al Bernabéu a seguir el final de la Vuelta. No me ha abandonado del todo esa inocencia, de pensar que lo que me fascina, fascinará a todo el mundo, y que es mejor llegar con tiempo, qué se yo, a etapas ciclistas o a encuentros de escritores, no vaya a ser que se dé cita una avalancha imparable de gente. 

En mi mente, el Bernabéu se iba a llenar y temía de verdad con no poder tener sitio. No ocurrió exactamente así, pero la respuesta de Madrid estuvo a la altura. El campo no se llenó, pero sí hubo un buen número de personas congregadas en el estadio. Había emoción, así lo recuerdo yo, y fue llegando gente a medida que avanzaba el día. Nosotros vimos pasar a todos los corredores, por supuesto, desde el último al primero. 

En lo deportivo, lo que ocurrió fue importante, porque Aitor González voló por las calles de Madrid para ganar la carrera, por delante de Roberto Heras, escalador, que sabía que poco podría hacer ante aquel en la crono final. Voló a más de 50 kilómetros por hora, según recogen las crónicas que ahora releo. Fue el momento de más gloria deportiva para Aitor González, quien tristemente ha sido noticia recientemente por verse implicado en un robo. Pero aquel día en el que la Vuelta terminó en el Bernabéu él fue feliz y todos los amantes al ciclismo que vimos a nuestro deporte brillar en semejante escenario galáctico, también. 

Comentarios