Desafiando al coronavirus y con un pelotón mermado a causa de la decisión de varios equipos de no competir en las próximas semanas como medida de prevención ante la epidemia, echó a rodar la París-Niza, en medio de un ambiente extraño, pero con más ganas que nunca de ciclismo. Con bajas sensibles a causa del coronavirus, pero con mucha emoción y espectáculo, así comenzó la llamada Carrera del Sol, aunque el día fue más bien nublado.
Dos ciclistas, Julian Alaphilippe y Tiesj Benoot, fueron los dos grandes protagonistas del día, jugando a ciclistas, poniendo patas arriba la carrera, que tuvo varios abanicos que rompieron el pelotón a causa del viento. Ambos protagonizaron una fuga que cerca estuvo de culminarse con éxito. Sólo el empeño de equipos como el Bahrein, con especial mención al trabajo de Iván García Cortina, permitió al gran grupo echar abajo esa escapada.
Al final, Alaphilippe se quedó a las puertas de la gloria en la carrera francesa. Tampoco logró la victoria Dylan Theuns, para quien trabajaba García Cortina, ya que el más rápido en el desenlace fue Maximilian Schachmann, del Bora, quien es el primer líder de la carrera.
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