Recuerdos ciclistas (XXXVI): Cuando Madrid fue capital de Colombia

Hoy es 15 de mayo, san Isidro, es decir, el día del patrón de Madrid. Por eso, el recuerdo ciclista de hoy transcurre en la capital de España, pero concretamente, en un día en el que, por un rato, se convirtió en la capital de Colombia. Año 2016. Nairo Quintana consigue la victoria final en la Vuelta Ciclista a España. Es la segunda vez que un corredor colombiano se lleva la ronda española, después del triunfo de Lucho Herrera en 1987.


Aquel 13 de septiembre de 2016, Madrid fue una fiesta colombiana. La afición colombiana al ciclismo, siempre tan pasional y entregada, se vuelca con Quintana aquel día. Anochece en la plaza de Cibeles, allí donde concluye habitualmente la carrera, y se disparan los decibelios para rendir homenaje al corredor del Movistar, que por momentos debe de sentirse como en casa, arropado por su gente, en un Madrid repleto de banderas colombianas y de vítores para su héroe. 

Por si hacían falta más motivos para la euforia, a Quintana le acompañó en el podio su compatriota Esteban Chaves, que concluyó tercero. El segundo de aquella edición de la carrera española fue Chris Froome, a quien Quintana no ha logrado hasta ahora vencer nunca en el Tour, pero que sí batió en la Vuelta de aquel año, una de las mejores victorias de su carrera deportiva. 

Quintana vence la Vuelta más colombiana, titulábamos en la crónica de aquella edición de la carrera, en la que destacábamos el mérito de Froome, su maravilloso empeño por acudir a la Vuelta después del tremendo esfuerzo del Tour. También contábamos que Chaves había aprendido la lección de la edición anterior de la carrera, en la que empezó demasiado fuerte y se fue apagando. Y hablábamos de Alberto Contador, que fue el gran animador de la carrera, tras verse obligado a cambiar sus planes después del abandono de aquel año en el Tour

Hablábamos de todo eso y hablábamos, claro, de la innegable grandeza de Quintana. No han jugado a su favor ni las enormes expectativas en el Tour despertadas por su propio talento ni la caricatura que se hace de él como de un corredor que nunca ataca, nada generoso en el esfuerzo. Es conservador, sin duda. O más conservador que otros escaladores, menos pasional, más cerebral. Pero es un ciclista inmenso, un corredor imprescindible para entender la reciente historia de este deporte

No ha renunciado a su sueño amarillo en el Tour y este año estrena colores e ilusión en el Arkea. En el comienzo de esta temporada rara que se ha visto interrumpida por el coronavirus, Quintana es sin duda uno de los corredores que demostró estar más en forma, con una etapa y la general del Tour de la Provence, otra etapa y la general del Tour de los Alpes Marítimos y un triunfo parcial en la París-Niza, la última carrera disputada antes del parón. Lo que está claro que Quintana no podrá lograr este 2020 es repetir aquel triunfo en la Vuelta de 2016, ya que su equipo no ha recibido invitación a la ronda española. Aquel fue uno de los mejores recuerdos de su carrera deportiva, pero está a tiempo de construir nuevos recuerdos gloriosos, esperemos que pronto. 

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