Primer aviso de Roglic tras una decepcionante etapa




Casi nunca es verdad eso que suele decirse de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Más habitual es que se cumpla eso otro de “víspera de mucho, día de nada”. No ha ocurrido gran cosa hoy en la cuarta etapa del Tour de Francia, la primera con final en alto. Llegaba la ronda gala a Ocières-Merlette, una cima legendaria de la carrera francesa por la hazaña que consiguió en ese puerto Luis Ocaña sobre Eddy Merckx en el Tour de 1971. El español aventajó en ocho minutos y medio al caníbal y se situó como líder de la carrera. Tenía la victoria en la mano, pero una caída le privó de ese triunfo.

El ciclismo de 2020 se parece poco al de 1971 y hoy hemos visto una etapa más bien decepcionante en ese mismo escenario donde Ocaña firmó una de las mayores gestas de la historia del Tour. Queda toda la carrera por delante, por supuesto, y nadie esperaba hoy gestas como la del conquense hace cinco décadas, pero quizá sí cabría esperar algo más de movimiento. Al final, las dos únicas conclusiones que nos deja el día son la victoria de etapa de Primoz Roglic, y sus consiguientes 10 segundos de bonificación,  y el hecho de que Julian Alaphilippe ha conservado sin problemas el maillot amarillo. Poco más ha dejado la etapa. 

El día fue ya algo decepcionante desde el comienzo, porque no hubo batalla para formar la escapada. Seis ciclistas se metieron en la fuga, a la que el pelotón nunca dio una opción real. Nils Politt (Israel), Krits Neilands (Israel), Tiesj Benoot (Sunweb), Mat Bueguardeau (Total Direct Energie), Quentin Pacher (B&B Hotels) y Alexis Vuillermoz (Ag2r) tuvieron su protagonismo en la parte inicial de la etapa, mientras que el Deceuninck-Quick Step del líder Alaphilippe marcaba el ritmo en el gran grupo. 

Iban pasando los kilómetros y nadie se movía. A falta de 4,5 kilómetros para el final atacó Pierre Rolland (B&B Hotels), el único que se atrevió a atacar. Fue neutralizado en poco tiempo. Después aceleró algo la marcha Mikel Nieve, pensando en su líder en el Mitchelton-Scott, Adam Yates. Pero tampoco duró demasiado ahí el corredor vasco, porque el Jumbo-Visma volvió a marcar su ritmo, muy exigente, para desincentivar cualquier intento de ataque. Fue Wout Van Aert, inmenso, quien tiró con fuerza del grupo. Sensacional. 

Ya casi cuando quedaba un kilómetro le tomó el relevo A Van Aert su compañero Kuss, enorme escalador. Hoy sí ha exhibido su poderío el Jumbo-Visma. Atacó, dentro ya de ese último kilómetro, Guillaume Martin (Cofidis), valiente, pero se impuso la ley del equipo neerlandés y ganó la etapa, por pura fuerza, Primoz Roglic, que ahora se pone a siete segundos de Alaphilippe en la general. Tercero a 4 segundos es Adam Yates.

En el grupo de Roglic han llegado los otros grandes favoritos, con Tadej Pogačar segundo. Bernal ha sido séptimo. Se ha visto bien a Mikel Landa, mientras que a Enric Mas ha cedido nueve segundos. Pocas más concisiones se pueden sacar. El jueves, más montaña, tras una etapa propicia para el sprint mañana. 

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