Roglic se resarce ante Alaphilippe



El superdomingo ciclista que hemos disfrutado hoy, que incluida las dos ediciones de la Lieja-Bastoña-Lieja (femenina y masculina) y la segunda etapa del Giro de Italia, ha tenido un desenlace del todo sorprendente y muy ajustado, de photo finish. Llegaron a meta cuatro de los grandes protagonistas de la pasada edición del Tour de Francia. Tadej Pogačar, Primoz Roglic, Marc Hirschi y Julian Alaphilippe, junto a Matej Mohorič (también esloveno), que les dio caza ya en la línea de meta de la prueba, la decana de las clásicas. Es decir, el ganador del Tour, el segundo clasificado que perdió la carrera el penúltimo día, la sensación de la ronda gala y el flamante campeón del mundo. Casi nada. 


Fue Alaphilippe, quién si no, el que hizo la selección definitiva de la clásica belga. Atacó en la última cota del día, la Roca de los Halcones. Fue un demarraje poderoso que respondieron Hirschi y Roglic. Poco después llegaron a su altura Pogačar y Michal Kwiatkowsi, que más tarde flaqueó. Se sucedieron entonces los ataques entre los fugados, mientras que por detrás el grupo de Van Der Poel y el resto de candidatos intentaba, sin éxito, reducir la distancia con los hombres de cabeza. 


Había mucha calidad ahí arriba, muchísimo nivel. Son, sin duda, cuatro de los mejores ciclistas del mundo. Todos tenían una gran ambición. Pogačar quiere sumar victorias en el año mágico de su victoria en el Tour. Hirschi venía de vencer en la Flecha Valona y con hambre de más triunfos. Con ellos estaban Alaphilippe, deseoso de estrenar su maillot arcoíris de campeón del mundo ganando este monumento del ciclismo, y Roglic, quien busca olvidar lo antes posible la decepción de su derrota en el Tour. Y entonces ocurrió lo impensable. Alaphilippe lanzó el sprint y alzó los brazos en señal de victoria antes de cruzar la línea de meta, mucho antes, tanto, que Roglic pasó antes que él y le terminó hurtando la victoria. 


Estaba nervioso Alaphilippe. Mucho. Se le veía especialmente tenso. Hubo un par de ocasiones en las que casi se le va la bici con los culebreos habituales de estos desenlácese llenos de emoción. Le pudo la presión de intentar romper la maldición del arcoíris a las primeras de cambios y en un escenario colosal. Pero se equivocó. Primero, por un discutible cambio de dirección en su sprint que dejó sin opciones a Hirschi por el que el francés fue penalizado y pasó a ser quinto clasificado, y después celebrando la victoria antes de conseguirla de forma efectiva. Tras unos minutos de incertidumbre, la photo finish terminó confirmando que la celebración de Loulou no se correspondía con la realidad, que quien había ganado de verdad la prueba era Roglic.


El ciclista esloveno se resarce así de la derrota sufrida en el Tour y logra el primer monumento de su palmarés. Alaphilippe tendrá que esperar para celebrar su primera victoria real vestido de arcoíris. Conociéndolo, y maldiciones al margen, no tardará en llegar. 




Antes de la prueba masculina, en la que formaron la escapada del día escapada con Goosens, Schär, Molly, Paasschens, Goldstein, Ferron, Ourselin, Mader y Elósegui, por cierto, se disputó la edición femenina de la clásica. Se le conoce como la decana, por su historia, ya que nació en 1892, pero en lo referente al ciclismo femenino, la de hoy era tan sólo la cuarta edición de la carrera. 


A más de 50 kilómetros del final se formó la escapada decisiva de la prueba, compuesta por Brown, Labous, Pieters, Aalerud, Vos, Barnes, Reusser, Deignan yVan Dijk. En La Redoute, escenario mítico de la prueba. atacó Deignan y se fue en solitario. La corredora británica lanzó su apuesta y abrió hueco con sus perseguidoras, a las que llegó a sacar cerca de un minuto. Pero Brown le pido emoción a la carrera y saltó en su persecución en la última cota del día. Iban cayendo los segundos y sólo muy al final, ya en la línea de meta en las calles de Lieja, pudo respirar Deignan y festejar su victoria en solitario. Un triunfo extraordinario. 




 Por si todo esto fuera poco, hoy también se ha corrido la segunda etapa del Giro de Italia. Preciosa etapa, sobre todo, por su desenlace en Agrigento. La noticia triste del día fue la retirada de Alexandr Vlasov por problemas intestinales. Se esperaba mucho del ciclista ruso del Astana en este Giro,  pero es muy joven y tendrá muchas ocasiones para brillar en esta y en otras carreras en el futuro. También ha sido un día aciago para varios ciclistas que han sufrido sendas caídas, como el francés Nicolas Edet, jefe de filas del Cofidis. Las grandes vueltas por etapas son, en esencia y antes que cualquier otra cosa, pruebas de resistencia, carreras de supervivencia, donde la mala suerte también juega su papel. 


Parecía claro que hoy no era un día con demasiadas opciones de victoria para los escapados, por el muy exigente final, pero lo probaron Thomas De Gent (el hombre que vive en fuga y que viene de probarlo sin éxito en el Tour), Mattia Bais, Etienne Van Empel, Gastauer y Alessandro Tonelli. Fueron cazados a falta de 9 kilómetros para el final, cuando venía lanzado el pelotón, con los equipos de los ciclistas que aspiraban a ganar la etapa estirando el pelotón. El más rápido en el final en alto fue Diego Ulissi, quien se impuso a Peter Sagan y a Mikkel Honore. 




Filippo Ganna sigue líder de la carrera, que mañana continúa por tierras sicilianas y rendirá visita al Etna, primer contacto serio con la montaña de este Giro: 

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