Wellens, ocho años fiel a su cita con la victoria


Desde el principio quedó claro que la tercera etapa de la Estrella de Bessèges no iba a ser como las dos anteriores, en las que se siguió ese guión no escrito que establece que se forme una escapada reducida y controlada por el pelotón, que termina dando caza a los fugados y dirigiéndose hacia un sprint. Que esta vez iba a ser distinto lo demostró el nivel de los ciclistas que lucharon desde la salida por entrar en la escapada. Entre otros, Vincenzo Nibali, que al final no logró entrar en la fuga buena, y Egan Bernal, quien sí lo consiguió, lo que sin duda le llenará de moral en su regreso a la competición tras su retirada de la pasada edición del Tour de Francia. 


La escapada del día ha sido más numerosa de lo habitual y, sobre todo, de muchísimo nivel. La lista de los fugados lo dice todo: Wellens, Gilbert, Oldani (LTS), Bernal, Kwiatkowski (IGD), Van Avermaet (ACT), Gogl (TQA), Würtz Schmidt (ISN), Eiking (IWG), Steward, Van den Berg (GFJ), Politt (BOH), Theuns (TFS), Coquard, Barthe (BBK), Carisey (DKO) y Márquez (EKP). Por cierto, muy admirable la presencia de este último, que dio presencia al Kern Pharma, que está haciendo una muy buena carrera. 


Por detrás, el Cofidis del líder Laporte y el Education First tiraron del pelotón para intentar dar caza a los escapados. Empezó un duelo apasionante en el que se terminaron imponiendo los componentes del grupo de cabeza. Lo intentó hasta el final el Cofidis, pero no hubo manera de alcanzar a los fugados. Eran muchos y muy buenos los corredores que marchaban por delante. Y, además, bien avenidos, porque todos entraron a dar relevos y no se atacaron hasta que faltaban 16 kilómetros, cuando Theuns aprovechó un repecho para intentarlo. No abrió camino, como tampoco lo hizo Kwiatkowski, que atacó poco después. 


Y entonces llegó él, Tim Wellens. Había mucho niel en la escapada, sí, pero todos sabían quién era el máximo favorito a la victoria, el ciclista a seguir. Todos sabían que Wellens lo probaría y, efectivamente, saltó en solitario y ya nadie lo vio hasta la línea de meta. Una victoria sensacional marca de la casa que, además, le sirve para ponerse líder de la carrera y con muchas opciones de ganar la prueba, aunque aún quedan dos etapas, incluida la contrarreloj individual del domingo, de 11 kilómetros de recorrido. 


Con este triunfo, Wellens encadena ya ocho temporadas seguidas logrando al menos una victoria. No es nada fácil eso. Ganar nunca lo es, hacerlo año tras año, mucho menos. Wellens, que ganó dos etapas de la Vuelta el año pasado, no sabe lo que es pasarse una temporada en blanco desde 2012. Su mejor año hasta la fecha fue el 2017, cuando alcanzó siete victorias: el Trofeo Serra de Tramuntana, el Trofreo Andratx, una etapa de la Vuelta a Andalucía, otra del BinckBank Tour, el Gran Premio de Valonia y una etapa y la general del Tour de Guangxi. 

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