Desde hoy hasta el domingo la Paris-Niza que comenzó el pasado domingo, y la Tirreno-Adriático, que ha echado a rodar hoy, se disputarán de forma simultánea y se disputarán la atención de los aficionados al ciclismo. Además, coinciden en gran parte sus horarios. Es una anomalía del ciclismo, inimaginable en otros deportes. Dos grandes torneos de tenis, no digamos ya dos pruebas de motociclismo o de Fórmula 1, no coincidirían jamás en fechas. Que ocurra esto con la París-Niza y la Tirreno-Adriático, algo que pasa todos los años, no se entiende demasiado bien y creo que va en detrimento del propio ciclismo. Inevitablemente, la participación de ambas carreras se resiente y la atención del aficionado se divide entre las dos. No es lo que yo llamaría cuidar a este deporte, pero es cierto que es ya una tradición y no parece que los organizadores ni nadie competente vaya a actuar al respecto, así que al menos nos quedamos con la doble ocasión de disfrutar de sendas carreras emocionantes, en las que grandes nombres del pelotón internacional están ya logrando sus primeras victorias.
En la contrarreloj de ayer de la París-Niza el ganador fue el suizo Bissegger, pero el gran beneficiado entre los ciclistas que aspiran a la victoria final fue Primoz Roglic, quien hoy ha demostrado su autoridad. El corredor esloveno del Jumbo-Visma ha aprovechado el final en alto en Chiroubles para lanzar un ataque potente que nadie ha podido seguir y ganar la etapa. Además, se sitúa líder, con muchas opciones de mantener esa posición hasta Niza, visto el domingo ante sus adversarios.
Ahora Roglic aventaja en 35 segundos a Maximilian Schachmann, en 37 segundos a Brandon McNulty, en 41 segundos a Alekxandr Vlasov y en 43 segundos a Ion Izagirre.
Antes de la victoria de Roglic, la primera de la temporada para el ganador de la Vuelta y segundo del Tour el año pasado, la escapada del día la formaron Julien Bernard (Trek), Anthony Pérez (Cofidis), Fabien Doubey (Total Direct Energie), Olivier Naesen (Ag2r Citroën), José Joaquín Rojas (Movistar) y Oscar Riesebeek (Alpecin-Fenix). A falta de unos 15 kilómetros para el final, cuando la aventura de los fugados tocaba a su fin, lo probaron Rémi Cavagna, Luis León Sánchez y, después, Pierre Latour. Pero Roglic tenía otros planes y le salieron a la perfección.
También seis ciclistas han compuesto la escapada del día en la primera etapa de la Tirreno-Adriático, que ha concluido igualmente con el triunfo de un ciclista del Jumbo-Visma. Los ciclistas en fuga fueron Mattia Bais (Androni), Vincenzo Albanese y Samuele Rivi (Eolo), Simone Velasco (Gazprom), Jan Bakelants (Wanty) y Guy Niv (Israel).
La etapa se resolvió, como se preveía, en un sprint masivo, que ganó con autoridad Wout Van Aert, por delante de Caleb Ewan y de Fernando Gaviria. El ciclista belga del Jumbo es el primer líder de la carrera de los dos mares.
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