Tridente para Pogacar, etapa para Van Aert


Las grandes vueltas suelen dejar una sensación de tristeza y abandono en los aficionados al ciclismo cuando terminan. Acostumbrados a disfrutar a diario durante tres semanas, sentimos que nos falta algo el primer día sin bicis en la tele. Una sensación similar nos queda tras el final de la excelente edición de este año de la Tirreno-Adriático, en la que basta repasar la lista de sus protagonistas y ganadores de etapa para tener claro el nivel y la emoción que nos ha regalado la prueba en estos siete días de competición entre los dos mares italianos. Ha sido una carrera extraordinaria que ha terminado con una contrarreloj en la que Filippo Ganna ha demostrado que también es humano. 


En la lucha por la etapa nadie creía en un escenario que no fuera una nueva victoria del campeón del mundo contrarreloj, pero Ganna no pudo superar el tiempo de Stefan Kung, campeón de Europa de la especialidad. Después, Wout Van Aert mejoró el tiempo del ciclista suizo para sumar un triunfo de etapa, el segundo en esta carrera y también el segundo del año para el corredor belga. El ciclista del Jumbo-Visma termina segundo en la general, por detrás del todopoderoso Tadej Pogacar, quien apenas ha cedido 16 segundos en la contrarreloj, demostrando una vez más que rinde a muy alto nivel en las cronos. El ciclista esloveno ha descartado disputar la Milán-San Remo el próximo sábado y volverá en la Itzulia. Su comienzo de temporada, desde luego, no podría ser más esperanzador. 





Otro de los protagonistas del día ha sido Mikel Landa, quien ha conseguido retener el tercer puesto del podio. Tenía que defender medio minuto ante Egan Bernal y finalmente el corredor colombiano sólo mejoró en 16 segundos el tiempo del corredor vasco del Bahrain-Victorious. Aunque en un escalón por debajo del intocable Pogacar, su estreno ha sido muy positivo.


Termina así una Tirreno-Adriático que ha tenido de todo y que recordaremos, entre otras cosas, como la carrera en la que Mathieu Van der Poel protagonizó una de sus alocadas exhibiciones, atacando a 60 kilómetros del final en la etapa del domingo, porque tenía frío, según contó luego. Se acaloró bien, tanto que incluso llegó a estar en peligro su triunfo de etapa ante Pogacar, aunque al final logró una más que merecida victoria. Esta edición de la carrera de los dos mares ha supuesto una celebración de una generación de talentosos jóvenes que prometen regalarnos muchas tardes del mejor ciclismo. Siete días maravillosos de ciclismo. Algo nos faltará mañana sin Tirreno-Adriático, aunque enseguida tendremos nuevas carreras con las que disfrutar. 

Comentarios