El Giro pierde a Landa


El landismo ha escrito hoy una nueva página de infortunio en su larga historia. Un día después de animar el Giro con el ataque decisivo que mostró quiénes eran los favoritos más fuertes de la carrera, Mikel Landa ha sufrido hoy una caída a falta de cuatro kilómetros para el final de la quinta etapa de la carrera, una jornada llana que ha resultado ser más importante para el devenir de la prueba de lo que podría esperarse. La mala suerte, otra vez, se ha cruzado en el camino de Landa, quien ha tenido que ser trasladado en ambulancia a un hospital. La imagen de cuatro ciclistas del Bahrein entrando en meta sin su líder, al que habían esperado para intentar echarle una mano para ponerse en pie y terminar la etapa como fuera posible, hablaba a las ceras de la dureza de la caída sufrida por Landa. No va más. El corredor vasco se despide del Giro y es momento de desearle una pronta recuperación que le permita regresar en forma en el Tour y en el Giro. Los amantes del landismo lo esperarán con ganas. Sus haters, también. 


Lo cierto es que Landa despierta pasiones fuertes, a favor y en contra, pero no deja a nadie indiferente. Resulta a veces un tanto desmesurada la posición de algunos landistas, que poco menos que ven al corredor del Bahrein como el mejor ciclista de todos los tiempos, pero no es menos exagerada y desmedida la postura de los antilandistas, los que le niegan todo al ciclista vasco y no le reconocen mérito alguno. Ayer, por ejemplo, la realidad es difícilmente rebatible: Landa fue quien agitó la carrera, el que causó el corte definitivo en el primer día de montaña del Giro. Sólo Vlasov, Bernal y Carthy pudieron llegar a su altura, todos los demás favoritos perdieron tiempo con él. Landa transmitió buenas sensaciones y se mostró ofensivo. Ahora ya nunca sabremos qué habría ocurrido con este Giro si no se hubiera producido esta caída. Landa pierde su opción de brillar en este Giro y el Giro pierde el espectáculo y la emoción que aporta el corredor vasco. Mala noticia para todos. 


Poco antes de la caída de Landa quien se fue al suelo fue Pavel Sivakov, la segunda baza el Ineos, que sí se pudo reincorporar. La tensión y los nervios provocaron varias caídas en la parte final de la etapa. Algunos se salvaron mejor que otros. Lo cierto es que el día, más allá de la baja de Landa, que todo lo eclipsa, deja como titular la victoria de Caleb Ewan, el más rápido en el sprint final, que se ha impuesto a Giacomo Nizzolo y a Elia Viviani. 


El día no ha tenido una escapada, sino dos. Primero, la de Umberto Marengo (Bardiani) y Filippo Tagliani (Androni), que fueron cazados a falta de más de 80 kilómetros del final. Después le tomaron el relevo Pellaud y Gabburo, también de los mismos dos equipos italianos invitados en la corsa rosa. A los que se unió a 23 kilómetros Gougeard. El pelotón no les dio opción. 

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