Van der Hoorn logra la victoria de su vida



El guión no escrito de las etapas llanas de las grandes vueltas dice que los componentes de la escapada del día no tienen en realidad opciones de lograr el triunfo, que les basta con lograr tiempo de publicidad televisiva para sus patrocinadores. Ese guión dice que la etapa se resuelve al sprint y que al final pocos recuerdan los nombres de los fugados. Pero lo maravilloso del ciclismo es que los guiones a veces se rompen y el Giro de Italia es una carrera especialmente propicia para las sorpresas. Hoy la mayoría pensábamos que Peter Sagan era el máximo favorito para ganar la etapa, pero la etapa no se ha decidido con una volata, sino con un extraordinario triunfo en solitario de Taco Van der Hoorn, uno de los valientes que formó la escapada del día.


Ni él mismo parecía creerse lo que estaba consiguiendo. Se llevó las manos a las cabezas, asombrado, sin medir del todo lo que acababa de lograr, la dimensión de su victoria. Sin duda, la victoria de su vida. Ganó el solitario tras demostrar que era el más fuerte de los escapados, pero también tras mantener bajo control la amenazante presión del gran pelotón. El corredor neerlandés del Intermarché-Wanty ha sorprendido a todos. Uno a uno fue dejando atrás a sus compañeros de aventura. El último al que descolgó fue Pellaud, quien no pudo responder al demarraje de Van der Hoorn. El gran vencedor de hoy ha declarado en meta que hace cinco meses no tenía contrato y estaba pensando en colgar la bici. La llamada del Intermarché fue decisiva. 


La fuga inicial, esa que estaba llamada sólo a animar la etapa hasta la parte final del día, la completaron Albanese (que repitió tras su escapada de ayer y se asegura mantener un día más la maglia azzurra de líder de la montaña), Gougeard, Pellaud, Ponomar (protagonista a sus 18 años y en su primera temporada como profesional), Rivi, Van der Berg y Zoccarato. 


Aunque Van der Hoorn tenía otros planes, Sagan era el gran favorito y su equipo, el Bora, no tuvo ningún problema en asumir por completo la responsabilidad de marcar un ritmo exigente en el pelotón con el doble objetivo de echar abajo la fuga y eliminar a posibles rivales en el sprint final, como Groenewegen, el primero en quedarse descolgado, o Tim Merlier, ganador ayer, que tampoco tardó en quedarse descolgado. Todo marchaba más o menos según lo previsto para el objetivo de Sagan, siempre ambicioso, que nunca se esconde. Consiguieron eliminar a buena parte de sus rivales, ya que quedaron pocos velocistas en el grupo principal, pero el grupo de cabeza lograba resistir con una ventaja que le permitía soñar con la victoria. 


Gallopin y Ciccone atacaron en la subida final y se unieron a Zoccarato en el grupo perseguidor de Pellaud y Van der Hoorn, los dos únicos ciclistas que seguían por delante. A 9 kilómetros atacó Van der Hoorn, poderosísimo, y el resto ya se sabe. Victoria arrolladora ante el pelotón, muy menguado, en el que el Bora se quedó sin fuerzas y el Cofidis de Viviani se sumó demasiado tarde al intento por echar abajo la escapada de Van der Hoorn. Ha sido uno de esos triunfos que alegran a todos los aficionados, porque es el premio merecido a su esfuerzo. El Giro, tierra de dureza, emoción y sorpresas, tierra de ciclismo apasionante. 





Mañana, primer final en alto, en Sestola, primer test para los favoritos, en el que Filippo Ganna no tendrá fácil, a priori, mantener la maglia rosa. 

Comentarios