Yates recorta medio minuto, Bernal resiste




El ciclismo es un deporte de equipo. Las carreras sólo las gana un corredor, es verdad, pero el trabajo de sus gregarios puede ser clave. Este Giro de Italia es el mejor ejemplo de ello. A Egan Bernal se le está haciendo larga la carrera y hoy ha vuelto a flaquear ante un soberbio Simon Yates, ganador de la etapa, que ha aventajado en 28 segundos al ciclista del Ineos, por lo que le ha recortado 34 segundos, al sumar la bonificaciones  en meta (el colombiano fue tercero de la etapa). Bernal ha resistido, en gran medida, gracias a sus compañeros Jonathan Castroviejo y Daniel Felipe Martínez, quienes han ayudado a su líder a salvar el día, de nuevo, con un trabajo excelente en la subida final. 


Una vez más, Yates no se escondió. Su equipo, el Bike Exchanges, asumió la responsabilidad al frente del pelotón, para que el ritmo fuera alto desde la salida de la etapa y para evitar cualquier opción de triunfo de etapa para los fugados, ya que cada segundo cuenta y los de las bonificaciones, desde luego, también. Al equipo de Yates se sumó el Deceuninck-Quick Step de un espléndido João Almeida, cuyo final de Giro está sirviendo como reivindicación del gran talento del ciclista portugués, que el año que viene cambiará de equipo y que en este Giro ha estado bajo la sombra de Evenepoel, hasta que la debilidad del corredor belga, que llevaba diez meses sin competir, y su posterior retirada por culpa de una caída le han devuelto el protagonismo al luso. Dos equipos, pues, con la intención clara de que la carrera marchara volando, para que Bernal no fuera cómodo, para que pasaran cosas en el final el Alpe di Mera.


La etapa, por cierto, comenzó con un minuto de silencio en memoria de las víctimas del accidente del funicular en Mottarone, por donde estaba previsto que pasara la etapa. Los ciclistas, a través de su asociación, decidieron ceder el importe de los premios de hoy a las familias de las víctimas de aquel terrible accidente. Gran gesto de los corredores. 


Camino de ese final durísimo en Alpe di Mera, Warbasse, Venchiarutti, Aleotti, Christian, Hermans y Pasqualon, los miembros de la escapada, sabían que tenían poco que hacer. A 6,8 kilómetros de la meta, ya en plena ascensión final, atacó Almeida, muy valiente, claramente de menos a más en esta corsa rosa. Poco después atacó Yates, que está terminando el Giro en plena forma. El ciclista británico fue seguido por Bennett, Caruso y Vlasov. 


Bernal no se puso nervioso y confió en el trabajo de Castroviejo y Daniel Felipe Martínez. Fue una decisión lógica e inteligente, la enésima demostración de que, en efecto, el ciclismo es un deporte de equipo. Y tener un equipo sólido, sobre todo en la alta montaña, es vital para las grandes vueltas. Acertó Bernal, otro día lejos de su mejor versión, al no responder en primera persona el ataque de Yates para no quemarse. Gracias al trabajo de Castroviejo, primero, y de  Martínez, después, hasta que faltaban 2,4 kilómetros para la meta, la ventaja de Yates, ya en solitario en cabeza, sobre el líder se mantuvo en el entorno del medio minuto. Cuando se quedó sin compañeros, Bernal aceleró y a su rueda se fue Almeida, quien terminó soltando al colombiano para entrar segundo en meta a sólo 11 segundos del británico. 




Ahora la general queda aún más apretada, pero sigue con Bernal en muy buena posición de cara a las dos etapas finales que quedan en este Giro. Ahora cuenta con 2:29 de ventaja sobre Caruso y 2:49 sobre Yates. La lucha por la cuarta plaza está mucho más ajustada, ya que Vlasov, cuarto a 6:11 del líder, saca un minuto a Carthy, 1:20 a Bardet, 1:30 a Martínez y algo más de dos minutos. Almeida, quien quiere mejorar su posición en la general pero, sobre todo, una victoria de etapa, que hoy ha acariciado. Entre ganar una etapa en el Giro y quedar quinto en vez de octavo o séptimo, está claro qué es más interesante. 




¿Y mañana qué? Bernal volverá a intentar fiarlo todo al poderío de su equipo, con Castroviejo y Martínez como aliados de lujo para intentar resistir. Hoy se le ha visto frágil, pero ha aguantado bien y no ha perdido la calma. Sigue siendo el gran favorito. Mañana se encadenan tres puestos seguidos, San Bernardino, Spluga y Alpe Motta. Terreno para dar batalla, desde luego, hay. De los tres ciclistas que están en el podio, dos quieren que las cosas se queden como están: Bernal, cuyo objetivo es retener la maglia rosa y salvar el día de mañana antes de la crono final en Milán, y Caruso, para el que ser segundo, o incluso tercero, sería un éxito enorme. El que quiere cambiarlo todo es Yates, que está a apenas 20 segundos de Caruso y a 2:49 de Bernal. Es su última oportunidad para intentar ganar el Giro, pero también para sacar más tiempo a Caruso y buscar asegurarse la segunda plaza de la general. 


Almeida, que es mejor contrarrelojista que la mayoría de los hombres fuertes de la carrera, también intentara avanzar posiciones en la general. Lo esperable es que mañana se repita el mismo escenario que hoy, con el Bike Exchanges de Yates y el Deceuninck-Quick Step de Almeida aliados para endurecer la carrera. Ya ha quedado claro que lo de hace dos días no fue el día malo de Bernal, sino que el colombiano llega con la luz de alarma encendida a esta parte final del Giro. Pese a todo, sigue en una posición privilegiada para ganar la carrera, aunque moralmente llegará tocado tras lo de hoy. Lo más probable es que Bernal conserve la maglia rosa, pero la dureza de la etapa de mañana, la ambición de Yates y esa debilidad del líder lo dejan todo abierto para lo que queda de carrera. Mañana volverá a ser un día para disfrutar del ciclismo en el Giro, la carrera de las sorpresas por excelencia.  

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