Qué bien le sienta la anarquía al ciclismo. El campeonato de España en línea, en el que ha terminado imponiéndose por sorpresa Omar Fraile, ha sido una de las carreras más caóticas y divertidas de la temporada. Sin orden ni control, con constantes ataques, con muchas alternativas y emoción hasta la línea de meta. Ha sido un formidable día de ciclismo en tierras alicantinas. Es cierto que el Astana era, sobre el papel, el equipo más fuerte y ha terminado logrando la victoria, pero hasta el final hubo incertidumbre e intriga. Durante toda la prueba tuvimos la sensación de que podía ocurrir cualquier cosa, algo que no es frecuente en el ciclismo actual.
La escapada inicial del día la formaron seis ciclistas, tres de ellos, del Caja Rural-Seguros RGA. Jon Irisarri, Oier Lazkano, Xabier Mikel Azparren, Ángel Fuentes, David González e Ibon Ruiz compusieron esa primera fuga. En su persecución saltó el veteranísimo Óscar Sevilla, quien no consiguió llegar a su altura. Por detrás, el Cofidis, el Astana y el Movistar, los tres equipos más fuertes del campeonato, tiraban para intentar mantener controlada la fuga.
Un ataque de Pello Bilbao en la penúltima ascensión al puerto del Turrón Duro abrió un festival de ataques. Imposible seguir la cuenta de la cantidad de demarrajes que se lanzaron desde entonces. Una maravilla. Para cuando Bilbao arrancó, se habían quedado solos en cabeza Irisarri y Ruiz, a los que el corredor del Bahrein Victorious alcanzó tras un soberbio descenso. Poco después enlazaron con ellos Ion Izagirre, Jesús Herrada, Antonio Pedrero y Carlos Rodríguez.
No cuajó esa escapada, como no lo hicieron ninguna de las incontables intentonas que llegaron después. A 36 kilómetros, tras el reagrupamiento, volvió a atacar Ion Izagirre. Le siguieron Bilbao y Pedrero. Poco después llegó a su altura Carlos Rodríguez. Su ataque tampoco fue el definitivo y justo después de ser neutralizados quien se movió fue Omar Fraile, que tampoco abrió camino. El ciclista del Astana volvió a la carga en el último acenso al Puerto del Turrón Duro y se sumaron a su ataque Roger Adriá y Carlos Rodríguez. Ambos han hecho una muy buenas carrera, por cierto. Especialmente meritoria la de Rodriguez, único ciclista del Ineos en la carrera.
En cuanto fueron cazados, atacó Gonzalo Serrano. Un kilómetro más allá lo volvieron a probar Adriá y Fraile. Se quedó solo Adriá en cabeza, pero tampoco consiguió abrir suficiente hueco. Fue un no parar. A 17 kilómetros atacaron Gonzalo Serrano, Jesús Herrada, Marcos García (del Kinan) y Luis León Sánchez, vigente campeón de España. Tampoco ése fue el demarraje defintivo.
Tras ese constante intercambio de ataques, ya digo, un festival, el Astana impuso orden en los kilómetros finales. Todo hacía indicar que el equipo kazajo trabajaría en pos de Alex Aranburu, su ciclista con más punta de velocidad, al que en teoría mejor le iba el desenlace de la prueba, cuesta arriba. Luisle se sacrificó por su equipo y empezó el lanzamiento de Aranburu. Fraile parecía también estar lanzando a su compañero, pero de pronto se vio tan fuerte, tan abrumadoramente superior, que aceleró y ganó en solitario, para proclamarse campeón de España por primera vez en su carrera. Sorpresas hasta el final. Ganó Fraile por delante de Herrada y Aranburu, tras una carrera caótica y divertida. Puro ciclismo.
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