O’Connor asalta el podio y Pogacar se luce




Día uno después del recital de Tadej Pogacar. Con lluvia y mucho frío comenzó la novena etapa del Tour, en la que todo el mundo seguía digiriendo el poderío descomunal del ciclista esloveno. No tomaron la salida ni Primoz Roglic ni Mathieu Van der Poel. El primero no ha podido recuperarse de la caída e intentará revalidar su título en la Vuelta, donde posiblemente se verá las caras con Egan Bernal y Mikel Landa, pero esa ya será otra historia. Por su parte, Van der Poel piensa ya en los Juegos Olímpicos tras una primera semana excepcional del Tour. Nada que objetar. Ganó una etapa, vistió de amarillo, le dio a su equipo una visibilidad que vale oro y aportó mucha emoción y espectáculo a la carrera desde el comienzo. Ahora, a buscar nuevos retos y a seguir devorando las carreras. 


Si alguien pensaba que, tras la paliza de los días previos, la etapa de hoy iba a ser de tregua, se equivocaba. Hubo pelea para formar la fuga del día. Se formó una primera escapada con Harry Sweeny (Lotto-Soudal) y Davide Ballerini (Deceuninck-Quick Step) que no triunfó. Volvieron después los ataques y en la escapada final, muy numerosa, entraron, entre otros, Pierre Latour, Omar Fraile,Patrick Konrad, Julian Alaphilippe, Wout Poels, Michael Woods, Ben O’Connor, Lucas Hamilton, Bauke Mollema, Dan Martin, Sep Kuss, Sergio Higuita y Sonny Colbrelli. 


Pogacar sentenció ayer la carrera, pero eso no significa que el Tour haya acabado y se haya quedado sin alicientes. Por ejemplo, la batalla por el maillot blanco a puntos rojos de líder de la montaña, que ha asaltado hoy Nairo Quintana tras una pelea enorme con Poels. El colombiano del Arkea, en modo campeón, ha estado más valiente y al ataque que nunca. Se ha reinventado, como ya anuncio al comienzo del Tour. Sabe que ya no es ese ciclista que podía soñar con ganar esta carrera, pero sigue teniendo clase para ser protagonista en la Grande Boucle. Se quedó en el tercero delantero, junto a Higuita y O’Connor, quien llegó a ser líder virtual de la carrera y que aguó la fiesta de los colombianos, al ganar de forma arrolladora la etapa y ponerse segundo en la general, un puesto del que se ha apeado, tras perder una minutada, Wout Van Aert. 


Ha sido el movimiento más interesante del día. O’Connor pasa ahora a ser segundo, es decir, el primero de los mortales, por detrás del intocable Pogacar. El corredor australiano del Ag2r-Citroën, ganador de una etapa del Giro el año pasado, está ahora a dos minutos de Pogacar y, lo que es más importante, aventaja en más de tres minutos al resto de candidatos al podio


En la ascensión final a Tignes, el Ineos se puso a tirar con fuerza del grupo, lo que anticipada un ataque de Richard Carapaz. Le prepararon el terreno Jonathan Castroviejo (uno de los mejores gregarios del mundo, siempre fiable) y Geraint Thomas, recuperado para la causa. El ataque del ecuatoriano llegó, sí, pero Pogacar se pegó enseguida a su rueda para, acto seguido, lanzar su propio ataque y sacar otro medio minuto a los que le siguen en la general y aspiran ahora al podio, único objetivo alcanzable ante semejante estrella.




Esa lucha por el podio se queda preciosa. Quedan dos semanas de Tour y mucha montaña, así que toda la batalla que no habrá por el primer puesto de la general sí se puede dar y se dará por los otros dos puestos del podio final en París. Enric Mas, que había sufrido una caída en la parte inicial de la etapa, atacó a falta de dos kilómetros de la meta, desvelando la debilidad de Kelderman, aunque al final llegaron prácticamente de la mano todos. 


O’Connor saca ahora 3:17 a Rigoberto Urán, siempre solvente, aguantando en posiciones de honor y muy regular; 3:31 a Vingegaard, el líder del Jumbo-Visma tras la retirada de Roglic y el hundimiento de Van Aert; 3:32 a Carapaz, claramente, el más decidido a atacar y a seguir dando guerra en este Tour; 3:46 a Enric Mas, muy sólido en lo que va de carrera, resistiendo mientras muchos otros aspirantes van pinchando y descolgándose de la pelea; 3:57 a Wilko Kelderman, hoy un poco más débil; 5:11 a Lutsenko, quien igualmente ha flaqueado hoy; cinco minutos a Guillaume Martin, que ha sacado partido de su presencia en la escapada para entrar en el top 10, y 6:21 a David Gaudu, la otra baza francesa por la general. Pello Bilbao pasa a ser undécimo en la general. 


Entrar en el podio del Tour de Francia no es cualquier cosa, como no lo es ganar la montaña, con Quintana ahora líder, o el maillot verde de la regularidad, en el que Cavendish ha encontrado un hueso duro de roer en Colbrelli, que entró en la fuga y cruzó primero el sprint intermedio. Es comprensible que haya quien lamente que el Tour se quede sin emoción y esté sentenciado tan pronto, pero queda mucha carrera y, aunque lo lógico es que Pogacar gane con autoridad, son muchos otros los alicientes que guarda esta prueba, después de la mejor primera semana del Tour en muchos años. Eso y, claro, disfrutar del poderío de Pogacar. Es arrollador, excesivo, salvaje, es un caníbal del siglo XXI. Podremos decir dentro de muchos años que nosotros vimos correr a Tadej Pogacar. Ser aficionado al ciclismo en estos años es un privilegio. Disfrutémoslo. 

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