Pogacar deslumbra y elige a sus compañeros de podio




Tadej Pogacar tiene más que sentenciado el Tour de Francia desde hace muchos días, pero ha tomado la salida en la dura jornada pirenaica de hoy con la obsesión de lograr un triunfo de etapa vestido de amarillo. Para eso puso a tirar a su equipo del pelotón, evitando que los escapados tomaran una ventaja excesiva. La ascensión final al Col du Portet nos ha permitido comprobar esa ansiedad del ciclista esloveno, sus ganas locas de ganar. Es el jefe de la carrera, el más fuerte con diferencia, y quiere demostrarlo. Ha buscado ganar donde, cuando y como quiere. Y lo ha logrado. Es el patrón de la carrera y hoy, con su admirable ambición, además ha “elegido” a sus compañeros de podio: Jonas Vingegaard y Richard Carapaz, los dos únicos ciclistas que han podido seguir sus embestidas. 


Jonathan Castroviejo, siempre excelso al servicio de su equipo, se puso a tirar a falta de 13 kilómetros de la cima del Col du Portet, cuando a Pogacar sólo le quedaba Rafal Majka, pero aguantó apenas unos metros. Enseguida volvió a ponerse al frente del grupo el corredor polaco del UAE, que cumplía órdenes claras del líder de la carrera: poner el ritmo más exigente posible al frente del grupo para seleccionar la carrera y trabajar en pos de la victoria de etapa que tanto ansiaba. Poco después, a menos de diez kilómetros atacó Peio Bilbao, pero fue cazado casi de inmediato por Majka, quien enseguida se echó a un lado y dejó vía libre al ataque de su líder, del mandamás de esta carrera. Fueron dos escenas muy reveladoras de la realidad de este Tour. Pogacar manda y, además, tiene ambición a raudales. Él decide a su antojo lo que pasa en esta carrera. 


A 8,4 kilómetros del final llegó el esperado ataque de Pogacar y s 8,1 lanzó otro demarraje, al que respondieron Vingegaard y Carapaz, pero que no pudieron seguir ni Urán ni O’Connor. Higuita acudió poco después al rescate de su líder, aunque no logró que el ciclista del EF mantuviera su posición en el podio. Porque lo que se jugaba era eso, quiénes acompañarán a Pogacar en el podio de París. Eso y quien ganaba la etapa. Carapaz (astuto) no dio ni un relevo y se le veía agotado, o eso quería transmitir, al menos, mientras que Vingegaard (enorme) y Pogacar se dieron relevos. El líder mostró está más bien ansioso. Sabía bien que su equipo había trabajado con fuerza para que pudiera ganar en esta jornada pirenaica vestido de amarillo. 


Lo intentó Pogacar una y otra vez, pero no conseguida descolgar a sus rivales. Se le veía incluso algo frustrado cuando no lograba descolgarlos. No es que tuviera ninguna necesidad, pero quería de verdad ganar esta etapa. Entonces llegó el momento culminante del día, cuando a 1,4 kilómetros del final atacó Carapaz. A su rueda se fue Pogacar, mientras que Vingegaard sufrió. Fue la clave para que el esloveno ganara la etapa, ya que esa parte final pudo recuperar un poco, mientras Carapaz se cebó un poco, intentando sacar algo de tiempo a Vingegaard. En el sprint final, al que también llegó el ciclista danés del Jumbo-Visma, Pogacar lo dio todo y logró su ansiada victoria. Lo quiere todo y lo quiere ya. Inmenso, dominador, líder absoluto del Tour. 


Hoy, 14 de julio, fiesta nacional francesa, el país vecino ha recuperado muchas cosas que no pudo tener el año pasado por estas fechas, a causa de la pandemia. No hubo el 14 de julio del año pasado etapa del Tour, un clásico de la carrera ciclista más importante del mundo. Este 2021 ha vuelto la gran fiesta del ciclismo. Como siempre, los ciclistas franceses salieron con una motivación especial y han estado especialmente activos, aunque nada han podido hacer ante el plan de Pogacar, que le ha salido redondo. Cuatro de los seis componentes de la escapada inicial (Lukas Pöstlberger, Dorian Godon, Anthony Pérez, Danny Van Poppel, Anthony Turgis y Maxime Chevalier) fueron franceses. En tierra de nadie se quedó Julien Bernard, otro francés, que no pudo darles caza y fue alcanzado por el pelotón. Pérez, que fue el que más kilómetros estuvo en cabeza, al menos ha podido subir al podio como ciclista más combativo del día. 


El Israel de Michael Woods se puso a tirar para rebajar la diferencia, en busca de la etapa o de la clasificación de la montaña, no quedó muy claro. Fueron ambiciosos, en todo caso, y eso siemlre es bienvenido. Poco después también se sumó al Israel y al UAE, que nunca dejó de estar en cabeza, el Arkéa de Nairo Quintana, o mejor dicho, Connor Swift, que fue el corredor que encabezó el gran grupo durante unos cuantos kilómetros. Cuando empezó la ascensión a Peyresourde, fue su compañero Élie Gesbert quien llevó por delante a Nairo Quintana y a Wout Poels, que se pegó a su rueda, pensando, él sí, en el maillot blanco a puntos rojos de líder de la montaña, una pelea en la que ahora su más inmediato perseguidor es... Tadej Pogacar, segundo a once puntos del ciclista del Bahrein-Victorious. Poco después llegó a la  altura de Quintana Pierre Latour, quien se quedó solo a lo largo de la ascensión. El resto, ya se sabe, fue la exhibición de Pogacar, sufrida y luchada hasta el final, para poder ganar la etapa. 




A falta de la etapa de mañana, Vingegaard y Carapaz han dado un paso de gigante en su objetivo de entrar en el podio final de París. El corredor danés del Jumbo-Visma, que ha sabido tomar las riendas de su equipo tras la retirada de Primoz Roglic, cuenta ahora con una ventaja de 1:28 sobre Urán, que es cuarto, más que suficiente de cara a la contrarreloj final. Más justo puede estar Carapaz ante el corredor colombiano del EF, ya que es peor contrarrelojista que él, aunque le saca 1:24, que no es mala renta. En la lucha por la segunda posición, Vingegaard tiene las de ganar, más que por los cuatro segundos que saca al ecuatoriano, porque es más sólido en la lucha contra el crono. 


Enric Mas y Peio Bilbao han sufrido hoy, pero conservan sus plazas en el top 10. El ciclista del Movistar es séptimo y el del Bahrein-Victorious, décimo. 




Mañana, última etapa de montaña de este Tour, con la ascensión al Tourmalet y a Luz Ardiden, penúltimos jueces de la carrera antes de la contrarreloj del sábado. Liberado ya tras ganar la etapa de hoy, en principio, no será el UAE de Pogacar quien tome la iniciativa para evitar que los escapados tomen una gran ventaja. Serán otros, por ejemplo, el Ineos de Carapaz, o los ciclistas que quieran ganar posiciones en la general o buscar un triunfo parcial, como Enric Mas o Ben O’Connor, quienes tengan que asumir el protagonismo. 


A quien le tocará sufrir otra vez será a Mark Cavendish, maillot verde de la carrera, que hoy ha salvado el fuera de control y por apenas cinco minutos. El esfuerzo tendrá recompensa si mañana también lo logra: llegar a País como líder de la regularidad y, quién sabe, quizá batir el récord de victorias de etapa en el Tour, que ahora comparte con Eddy Merckx. 

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