Todo para Tadej Pogacar en la cima de Luz Ardiden, final de la decimoctava etapa del Tour de Francia. Al igual que ayer, el líder de la carrera no ha querido dejar pasar la ocasión de lograr un nuevo triunfo de etapa, el tercero ya, y, de paso, gracias a los 40 puntos para el primero en este coloso pirenaico, también ha sentenciado la clasificación de la montaña. Subirá tres veces al podio de París: ganador final de la prueba, mejor joven y líder de la montaña. Todo para este ciclista esloveno de 22 años que está llamado a marcar un antes y un después en la historia de este deporte.
Sobre el papel, acertó de pleno Emmanuel Macron, el presidente de la República francesa, al elegir la etapa de hoy para seguirla en el coche del director del Tour. Cada año acude un día al Tour (qué envidia cómo apoyan esta carrera, símbolo nacional, en el país vecino) y esta vez ha decidido seguir la jornada de hoy, que incluía una ascensión al Tourmalet y a Luz Ardiden. Era la última oportunidad para mucha gente, último día de montaña antes de lo que resta de carrera, dos etapas con presumible final al sprint, la del viernes y la el domingo en París, y la etapa contrarreloj del sábado. Es posible que Macron, al igual que muchos aficionados, haya terminado la etapa algo decepcionado, pero no hay más, los ciclistas llegan a esta altura de Tour extenuados y rendidos ante la evidencia de que Pogacar está muy por encima del resto.
Ataques, desde luego, no faltaron, pero no fueron de los hombres de la general, hasta la batalla por la etapa en la parte final de la ascensión a Luz Ardiden. La primera escapada del día estuvo formada por Matej Mohoric, Christopher Juul-Jensen y Sean Bennett, a quienes persiguieron Julian Alaphilippe y Pierre-Luc Périchon, que terminaron dándoles caza. Por detrás, el pelotón no les dio demasiado cuartelillo. Primero, por el Bahrein-Merida, que ayer fue el lamentable protagonista de la carrera por una redada de la gendarmería en su hotel, en una investigación sobre dopaje de la que no ha trascendiendo nada más. El equipo, enrabietado porque se siente perseguido, puso un ritmo duro al frente del pelotón, a pesar de llevar por delante a Mohoric, quizá para endurecer la prueba para dejar descolgado a Cavendish, ya que aspiran a ganar el maillot verde de la regularidad con Sonny Colbrelli, o pensando en el maillot de la montaña de Wout Poels, aunque más bien era perjudicial para ellos que los puntos para esta clasificación en los dos colosos del día se jugaran entre los hombres de la general. Cavendish ganó el sprint en el grupo y sumó otros 11 puntos. Salvó el día y mañana tendrá una ocasión de lograr su quinto triunfo de etapa y superar así a Eddy Merckx.
A falta de 63 kilómetros para la meta, el Trek agitó la carrera y formó un corte en el que entraron tres ciclistas del equipo (Kenny Elisonde, Jasper Stuyven y Dylan Theuns) junto a Dan Martin y Davide Ballerini, aunque enseguida fueron neutralizados. A 55 kilómetros del final se puso a tirar, otra vez, el UAE de Pogacar. Anuncio de que la etapa de hoy sería una repetición de la de ayer. Al comenzar el Tourmalet atacaron Pierre Latour, Pierre Rolland, Valentin Madouas y Kenny Elissonde. Los cuatro ciclistas francesas persiguieron a Alaphilippe y a Mohoric, los dos últimos supervivientes de la fuga inicial. A 11 kilómetros de la cima del Tourmalet atacó Miguel Ángel López y tras él salieron Rubén Guerreiro, Omar Fraile, David Gaudu, Ion Izagirre y Nairo Quintana. En cuanto se formó ese grupo se puso a tirar del pelotón Ineos.
Urán se quedó a falta de algo más de dos kilómetros y medio de la cima del penúltimo puerto del día, lo que anticipada un gran hundimiento. El grupo principal subió todo el puerto al ritmo de Dylan van Baarle, es decir, tampoco un ritmo salvaje. Woods y Poels atacaron cuando quedaba algo más de un kilómetro, en busca de los puntos de la clasificación de la montaña, una batalla donde terminaron perdiendo en Luz Ardiden ante Pogacar. Gaudu arriesgó mucho en el descenso, pero de poco le sirvió y a 9,5 kilómetros del final fue cazado por el gran grupo, en el que marcaba el ritmo Michal Kwiatkowski. El Ineos de Carapaz es uno de los equipos que aún no han ganado etapa en este Tour y lo han intentado, pero se han chocado contra el muro de Pogacar. Es más, le han hecho el trabajo en la parte final.
A 5 kilómetros Majka empezó a marcar un ritmo exigente y a un par de kilómetros después atacó el líder. Le siguieron Kuss, Vingegaard, Carapaz y un muy buen Enric Mas, que incluso lo probó en la parte final, aunque él tampoco pudo hacer nada ante el huracán Pogacar. Todo para él. Esta carrera es suya. No va más. Lo quiere todo y eso es justo lo que gana, todo y más. Es el más fuerte, el mejor, el caníbal del siglo XXI. El Tour es suyo.
El hundimiento de Urán ha permitido a Enric Mas pasar a la sexta plaza de la general y a Pello Bilbao situarse noveno.
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