Estamos a 6 de octubre, los grandes protagonistas del pelotón internacional ya tienen más que hecha su temporada, que toca a su fin. Pero da igual, siguen dispuestos a luchar por nuevas victorias, decididos a continuar ofreciendo espectáculo cada vez que se ponen un dorsal. Una vez más, bendito ciclismo moderno, el de los corredores que no reducen su temporada a un gran objetivo cada año, los que se muestran competitivos en todas las estaciones, los que siempre quieren más. Un corredor que forma parte de ese grupo es Primoz Roglic, que hoy ha sumado su sexagésima victoria desde que cambió los bastones de esquí por la bicicleta. Ha ganado con enorme autoridad la Milán-Turín, prueba con final en Superga, que es la antesala de Il Lombardia, el último monumento del año.
Mauri Vansevenant ha comenzado la ascensión final en cabeza. Después llegó el esperado ataque de su compañero Julian Alaphilippe, aunque pronto se vio que no tenía sus mejores piernas. Se formó un sexteto delantero con Joâo Almeida, el mejor de hoy del Deceuninck-Quick Step; Adam Yates (Ineos); Primoz Roglic (Jumbo-Visma), Michael Woods (Israel); Tadej Pogacar (UAE) y Alejandro Valverde (Movistar).
Aceleraron Yates y Roglic, que se fueron adelante sin problemas. El esloveno ha logrado ya 13 victorias este año: tres etapas de la París-Niza, la Vuelta al País Vasco más una etapa, el oro olímpico contrarreloj, la Vuelta a España más cuatro etapas, el Giro de Emilia y la Milán-Turín. Ahora piensa ya en Il Lombardia, donde será el gran favorito.
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