Este 2021 que estamos a punto de dejar atrás nos ha regalado grandes momentos de ciclismo. Al recordaros para redactar estos artículos constato que hemos disfrutado de una de las temporadas más completas, espectaculares y apasionantes de los últimos años. Una temporada con mucho grandes días de ciclismo, entre los que destaca sin duda la París-Roubaix. Para muchos, entre los que me incluyo, es la mejor carrera del año, nuestro monumento preferido, la clásica de nuestros amores. La que más hemos añorado, porque el año pasado fue de las pocas grandes pruebas que no pudo celebrarse por culpa del Covid-19. Este año tampoco se pudo correr en sus fechas habituales, de nuevo a causa de la pandemia, pero afortunadamente se encontró acomodo en el calendario para el Infierno del Norte, más infernal que nunca, que se disputó en octubre.
El italiano Sonny Colbrelli logró la victoria en la carrera, razón más que suficiente para estar entre los mejores ciclistas del 2021. Entró en el velódromo de Roubaix tras más de seis horas de penurias, piedras, caídas, pinchazos y toda clase de problemas mecánicos, completamente embadurnado, lleno de barro de la cabeza a los pies. Entró junto a Mathieu Van der Poel y Florian Vermeersch. Entre los tres tendrían que disputarse la clásica, el monumento cuyo irónico premio es, precisamente, un adoquín, una de esas piedras que pavimentan el camino a Roubaix en esta clásica inhumana. El favorito era Van der Poel, pero Colbrelli sorprendió a todos y logró la victoria de su vida.
La París-Roubaix, que es el primer monumento de la carrera del ciclista italiano, fue la octava victoria de la temporada para él, y que antes ganó una etapa del Tour de Romandía, otra del Dauphiné, el campeonato de Italia en ruta, el Tour del Benelux más una etapa, el europeo en ruta y el Memorial Marco Pantani.
Mañana, Jasper Philipsen.
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