2021 ha sido, otra vez, el año de Tadej Pogacar. El ciclista esloveno, de 23 años, que tenía 22 cuando ganó su segundo Tour con un poderío majestuoso, ha vuelto a cautivarnos a todos. Además, una vez más, no se ha conformado con ser el mejor en el Tour y dominar a su antojo la mejor carrera del mundo. Ha querido ganar desde el principio de la temporada hasta el final, ha disputado la victoria casi de cada prueba que ha corrido, ha brillado también en carreras de un día. No tiene límites su ambición, tampoco su clase. Vivimos en la era Pogacar.
Al ciclista del UAE le sobraron dos semanas de Tour. Demostró que era el más fuerte a la primera de cambios y desde entonces hasta París se dedicó a recordarlo a diario. Se llevó la general, tres etapas y la clasificación de la montaña. Todo para él. Fue el mejor, sin ninguna duda. Un atrevido Jonas Vingegaard asumió el reto de liderar al Jumbo-Visma cuando Roglic tuvo que retirarse. Hizo una gran carrera, pero Pogacar se mostró intratable.
Antes de su exhibición en el Tour, el corredor esloveno ganó el UAE Tour más una etapa, la Tirreno-Adriático más otra etapa, una etapa de la Vuelta al País Vasco, la Lieja-Bastoña-Lieja y el Tour de Eslovenia más una etapa. Después del Tour, como apenas había ganado nada, la criatura, acudió a los Juegos de Tokio, donde fue protagonista y se llevó la medalla de bronce en la prueba en ruta. Y como todavía tenía hambre, ganó el Giro de Lombardía, donde dio su último recital del año. Es decir, el ganador del Tour sumó en total trece victorias, entre las que hay dos monumentos. Nadie puede detenerlo. Nadie puede con él.
El tiempo dirá hasta donde puede llegar Pogacar, qué cotas legendarias puede alcanzar. Desde luego, dada su precocidad, está en disposición de superar a los más grandes. Ha ganado dos Tour con 23 años. Es imposible saber qué proezas puede alcanzar en lo que le queda de carrera. Será maravilloso comprobarlo año a año.
¡Feliz 2022!
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