El año de Juan Ayuso


Uno de los grandes alicientes de la temporada de ciclismo que acaba de comenzar será ver cómo se adapta a la máxima categoría Juan Ayuso. A sus 19 años, correrá en el UAE, el equipo de Pogacar, y lo hará lleno de ambición. Las cualidades como ciclista de Ayuso están fuera de toda duda y así lo demostró en la espléndida temporada pasada, con triunfos tan arrolladores como el que consiguió en el Giro sub23. Que de piernas va como un tiro, pues, salta a la vista. Lo mejor de todo es que, escuchando entrevistas recientes al joven ciclista, también tiene la cabeza muy bien amueblada, tiene las ideas muy claras. Para ser campeón es importante tener fuerza física y mental, buenas piernas y buena cabeza. Y Ayuso parece ir sobrado de ambas. 


Me gustó mucho la entrevista que le hicieron en el podcast Biciescapa, en la que el ciclista compartió sus primeras impresiones de esta temporada y sus planes para 2022. Insistió en varias ocasiones en afirmar que a él la presión no le afecta y que, de hecho, es él mismo quien se exige resultados y quien quiere sumar victorias como profesional lo antes posible.   


En esa entrevista, cuenta que se siente feliz de entrenar al lado de Pogacar, pero no se le nota intimidado. Tampoco parece abrumado por la comparación con Alejandro Valverde, nada menos. Cuando se le pregunta por la decisión del equipo de no llevarlo a ninguna gran vuelta esta temporada responde diciendo que nunca se sabe, que mejor no adelantar acontecimientos. También es directo cuando se le plantea cuál es su punto débil. Reconoce que es la resistencia, los largos kilometrajes, y cuenta que en la última edición de la Clásica de San Sebastián le afectó superar los 200 kilómetros. Pero también dice acto seguido que tiene 19 años y que está seguro de que este año ese problema quedará solventado. También dice que se encuentra cómodo con la cabra y que sabe que, para ser un gran campeón, es necesario rendir bien contrarreloj. 


De momento, veremos a Ayuso en varias de las carreras del calendario español de principios de año, como en Valencia o Andalucía, donde sin duda será una de las grandes atracciones. El tono maduro, sensato y, aparentemente, sin atisbo alguno de sentirse presionado, es una muy buen señal. Indica que Ayuso tiene alma de campeón. Por supuesto, eso no quiere decir que no debamos ser prudentes con él. La eclosión de grandes figuras de insultante juventud en el mundo de ciclismo, como el propio Pogacar, Evenepoel o tantos otros, ha llevado a cambiar de alguna forma la mentalidad sobre los ciclistas jóvenes. 


Hasta hace no tanto se sostenía que lo ideal era que los corredores cumplieran las etapas que se esperan de ellos, que no se apresuraran en dar el salto a la categoría profesional. Ahora esta generación de estrellas ha roto todos los esquemas. Pero Ayuso tiene 19 años y, aunque a él no parezca importarle, es más, aunque parezca motivarle, no es justo exigirle nada. Tiene que aprender, sentirse bien y probarse con calma. No hay prisa. Tiene todo el futuro por delante. La crisis de victorias del ciclismo español, las enormes expectativas despertadas por su rendimiento el año pasado y el éxito de muchos ciclistas jóvenes no deberían ser motivo para que Ayuso se sienta presionado. Se espera mucho de él, empezando por él mismo, pero es mejor ir carrera a carrera. De entrada, no puede ser mejor la impresión que causa, tanto dentro como fuera de las pruebas ciclistas. 2022 será un año muy importante para él, pero sólo el primero de una larga carrera. No tengamos prisa, saboreemos cada paso que vaya dando, sin exigirle nada, sólo disfrutando con él y sus nuevas aventuras al lado de los mejores ciclistas del mundo. 

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