Van der Poel repite en Flandes




Qué bello es el ciclismo y qué suerte tenemos de poder disfrutar de las estrellas que hoy relucen en el firmamento de este deporte. El Tour de Flandes nos ha regalado un año más un colosal espectáculo. El segundo monumento del año ha concluido con la victoria de Mathieu Van der Poel, ganador también hace dos años y segundo la temporada pasada. El ciclista neerlandés llegó a la recta de meta junto a Tadej Pogacar, los dos más fuertes de la carrera. El ganador del Tour de Francia, que debutaba en la clásica belga, ha sido gran  protagonista de la carrera, pero finalmente quedó incluido fuera del podio. 


Fue en el viejo Kwaremont, a 55 kilómetros del final, cuando Pogacar lanzó su primer ataque. El esloveno está decidido a ser algo más que el gran dominador del Tour. Quiere ser grande en todos los terrenos, en todas las pruebas legendarias de este deporte. Y si hablamos de escenarios de leyenda, pocos más importantes que De Ronde. El último ganador del Tour que venció en Flandes fue, quién si no, Eddy Merckx. Tras su estela pedalea Pogacar, cuyos registros a su edad solo pueden igualarse a los del caníbal. La ambición de Pogacar es admirable. Somos muy afortunados de poder disfrutar de su talento. Igual que quienes vieron correr a Merckx recuerda siempre aquel privilegio, nosotros podremos presumir en el futuro de haber visto correr al esloveno. 


En el Paterberg quien aceleró fue Van der Poel. Poco después se fueron hacia adelante Van Baarle y Wright. En la siguiente cota, el Koppenberg, volvió a atacar Pogacar y este ataque sí hizo daño y provocó la selección definitiva. El esloveno se fue hacia adelante junto a Van der Poel y a Madouas Por detrás quedaron dos grupos perseguidores, uno encabezado por el Jumbo-Visma, que trabajaba por los intereses de Laporte y Benoot, y otro aún más atrás con el Deceuninck-Quick Step, que tiraba para Asgreen tras haber sufrido una avería mecánica.


A 33 kilómetros de meta lo probó Cortina por detrás, pero el tren había pasado ya. Wellens y Louvel, por un lado, y Benoot, Küng y Teuns, algo más atrás, sí tomaron distancia con el resto de perseguidores y recortaron levemente la diferencia con el grupo cabecero. Pogacar y Van der Poel se fueron solos en la última subida al Kwaremont. Eran los dos más fuertes y lo dejaron claro. En el Paterberg Pogacar llegó al límite a Van der Poel, pero el ciclista neerlandés aguantó. Llegaron a la parte final de la carrera vigilándose, lo que provocó también que sus perseguidores se les echaran encima. 


En la recta final, Pogacar y Van der Poel casi se frenaron por completo, se vigilaron como en una carrera de ciclismo en pista. Fue tal el parón, tal la sangre fría de ambos corredores, que Van Baarle y Madouas llegaron a su altura. No sólo eso, sino que entraron en el sprint final y dejaron a Pogacar fuera del podio. El esloveno entró haciendo gesto de protesta, como indicando que le habían cerrado, aunque más parece frustración por haber visto tan cerca la victoria, o al menos el podio, en su primer Tour de Flandes. Van Baarle entró segundo y Madouas, tercero. Así ha concluido una de las más espectaculares ediciones de De Ronde de los últimos años, en la que Pogacar ha sido el gran animador, a pesar de lo cual no se ha llevado premio, y en la que Van der Poel ha sumado el segundo monumento a su palmarés, el segundo Tour de Flandes.  


Antes de la resolución definitiva de la carrera, con Pogacar y Van der Poel como grandes protagonistas, animaron la carrera Grignard, Van der Hoorn, Dewulf, Boaro, Bohli, Kanter, Mozzato, Paaschens y De Vylder, componentes de la primera escapada. Luego se formó un segundo grupo con Stybar, Cortina, Pedersen, Bettiol y Turner, entre otros. Wellens, Swift y Geniets atacaron después. Más tarde Politt y Jacobs. Todos ellos han sido también nombres propios de una carrera que nunca defrauda. 

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