“Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”, canta Serrat en Sinceramente tuyo. La etapa de hoy en el Giro, la antepenúltima ya, ha resultado decepcionante. No podemos decir lo contrario. Se esperaba más. Pero la verdad no tiene remedio, es lo que hay. Y lo que hay es esto, una igualdad extrema entre Richard Carapaz, Jai Hindley y Mikel Landa. No recuerdo la última vez que una gran vuelta llega a su parte final con una igualdad tan absoluta entre los tres mejores de la general. Hoy en el puerto final, en Santuario di Castelmonte, el líder mandó a Sivakov a endurecer el ritmo del grupo, antes de lanzar un ataque que sólo pudieron responder, claro, Hindley y Landa. También atacó el vasco, de nuevo con los tres juntos, igual que cuando aceleró después Hindley y cuando hizo lo propio en la parte final Carapaz. No hay más. En cuanto alguno de los tres ataca, los otros dos responden de inmediato. Ninguna parece ni remotamente superior a los otros, y eso también debe tenerse en cuenta a la hora de valorar la falta de batalla desde lejos que esperábamos en la etapa de hoy.
Ya cuando se formó la escapada del día empezó la lógica decepción de los aficionados. No por los ciclistas que entraron en la fuga, sino por los que no lo hicieron, porque ni el Bahrein de Landa ni el Bora de Hindley metieron a nadie por delante. Tampoco entraron en la escapada corredores de equipos que no han ganado aún este año y que tenían hoy muy posiblemente su última oportunidad realista de ganar, como el equipo Movistar, cuya ausencia en la fuga del día no es fácil de entender.
Los que sí entraron en la fuga fueron Andrea Vendrame, Tobias Bayer, Alessandro Tonelli, Cort, Clément Davy, Attila Valter, Edoardo Affini, Koen Bouwman, Davide Ballerini, Mauro Schmid, Edward Theuns y Fernando Gaviria. Cuando los escapados alcanzaron más de 11 minutos de ventaja, el Bora se puso a tirar del pelotón, que hasta entonces seguía el ritmo que marcaba el Ineos. Por cierto, el conjunto británico ha perdido hoy a un fiel escudero de Carapaz, Richie Porte, que ha tenido que abandonar por problemas estomacales.
Mientras se hacía la selección en el grupo delantero, en el que se fueron hacia adelante Bouwman, Schmid, Tonelli, Valter y Vendrame, no hubo movimiento entre los hombres de la general en el Kolovrat, el puerto más duro del día, que supuso un paso fugaz del Giro por Eslovenia. Entre esos cinco, se impuso Bouwman, que ya había ganado una etapa en este Giro, y que además ha sentenciado la clasificación de la maglia azzurra de líder de la montaña. Giro redondo para el corredor neerlandés. El final ha sido alto accidentado, por una curva en la que Vendrame y Schmid han hecho un recto y se han quedado sin opciones de victoria después de que Bouwman les cerrara. Un final algo polémico, pero sin sanción de los jueces.
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