Golpe de autoridad del Jumbo-Visma a tres semanas del Tour




A falta de tres semanas para el comienzo del Tour de Francia, todo lo que ocurre en las pruebas ciclistas de estos días nos hace pensar en la Grande Boucle y en cómo llegarán a la carrera francesa los corredores que están llamados a ser sus protagonistas. Uno de ellos, Primoz Roglic, ha ganado con insultante autoridad el Critérium du Dauphiné, la tradicional carrera preparatoria para el Tour. El corredor esloveno no ha tenido rival y además su equipo ha exhibido un dominio abrumador, por lo que llegarán a la prueba francesa llenas de moral y ganas ante el reto de enfrentarse al vigente ganador de la carrera, Tadej Pogacar, que ha elegido el Tour de Eslovenia para ultimar su preparación de cara a la segunda gran vuelta del calendario. 

Hoy, en la etapa final, de nuevo en los Alpes, el equipo de Roglic ha firmado un recital. En la ascensión final al Plateau de Solaison, magnífico puerto, por cierto, Steven Kruijswijk ha endurecido mucho el ritmo en el grupo principal, hasta el punto de que se quedaron sólo seis ciclistas en él y de ellos tres eran del Jumbo-Visma. Además de Kruijswijk, el líder de la carrera, Primoz Roglic, y el segundo de la carrera, Jonas Vingegaard. Impresionante. Sólo aguantaron su ritmo Jack Haig, Ben O’Connor y Esteban Chaves.

De los ciclistas que compusieron la escapada del día (Rolland, Bonnamour, Dunbar, De Plus, Fabbro, Gorka Izagirre, Armirail, Storer, George Bennett, Tiberi, Elissonde, Tolhoek, Hirt, Vuillermoz y Geschke), para entonces ya sólo seguía por delante Bennett, precisamente, ex del Jumbo-Visma, ahora en el UAE. El Jumbo-Visma arrasó en esa ascensión final y se fueron hacia adelante Vingegaard y Roglic. O’Connor intentó sin éxito alcanzarlos, aunque mostró un buen estado de forma y certificó su tercer puesto del podio. La etapa fue para aquel y la general, para éste. Alucinante exhibición de equipo una vez más, como ya logró el conjunto neerlandés en la París-Niza, donde fueron incluso tres corredores de esta escuadra los que entraron abrazados en meta. 

Al recital de Roglic y Vingegaard, primero y segundo en la general, se suman además las dos etapas ganadas por Wout Van Aert en esta prueba, que el equipo Jumbo-Visma ha dominado de forma insultante. Roglic llega al Tour con el plan trazado de forma clara, pero allí le esperará, claro, Tadej Pogacar, que es el verdadero reto para él, el más difícil todavía. Pero esa será otra historia. De momento, hoy puede ser día de fiesta en el hotel del Jumbo-Visma. Por cierto, la relación entre Roglic y Vingegaard parece realmente buena y ambos parecen tener claro su papel en el equipo y el rol que deberán jugar en el Tour, así que no creo que de entrada sea muy posible que haya algún duelo interno en la ronda gala por la jefatura de filas, aunque esto no deja de ser un clásico y algo relativamente habitual en los últimos años. El tiempo dirá. 

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