Laporte sorprende el día del adiós de Mas




¿Cuándo fue la última vez que vimos un Tour de Francia tan espectacular como este? Es la pregunta que nos hacemos los aficionados al ciclismo. Es el mejor Tour en una década, sin duda. Puede que el mejor en lo que va de siglo. Buena prueba del enorme nivel de la presente edición de la carrera francesa es que la etapa de hoy, que sobre el papel tendría que haber sido de puro trámite, también nos ha regalado un desenlace trepidante lleno de emoción. El Tour en su máxima expresión. La mejor carrera del mundo demostrando a diario por qué no puede compararse con ninguna otra.


Hasta los más acostumbrados a criticar a los corredores desde su sofá habrían entendido que hoy el pelotón se tomara con calma la etapa, después de la paliza de lo que llevamos de Tour y de tres días de máxima exigencia en los Pirineos. Sin embargo, la de hoy no ha sido un día de transición con un guión no escrito que se cumple a rajatabla. Nada de eso. La escapada la formaron inicial del día la formaron Quinn Simmons, Matej Mohoric, Mikkel Honoré y Taco Van Der Hoorn. 


Alexis Gougeard lo probó a 34 kilómetros de meta tras haber sido cazado Simmons, el último superviviente de la fuga. Entonces intentó probó, otra vez, enorme, Tadej Pogacar. Fue un movimiento sin éxito, porque Van Aert cerró el hueco, pero sirvió para recordarnos la grandeza del esloveno, que lo ha intentado allí donde ha podido. El espíritu combativo de Pogacar también engrandece aún más el mérito de Jonas Vingegaard y del equipo Jumbo-Visma, cuyo Tour de Francia roza la perfección. Ya la rozaba antes de hoy y ahora está más cerca, tras la victoria de Christophe Laporte, que es además la primera etapa ganada por un corredor francés en la presente edición de la carrera. 


Se fueron hacia adelante Gougeard, Wright y Stuyven y en el kilómetro final llegó a su altura, primero, y los dejó atrás después un sensacional Laporte que al entrar en meta victorioso parecía no terminar de creerse lo que acababa de lograr. Es su segundo triunfo de este año tras aquella etapa que ganó en París-Niza. Con este triunfo son ya cinco las etapas del Jumbo-Visma en lo que va de Tour, tras las dos de Van Aert y las otras dos de Vingegaard. Además, el equipo se llevará el maillot verde de la regularidad, el amarillo de la general y el blanco a puntos rojos de la montaña. Un Tour de ensueño que aún podría mejorar si Van Aert gana alguna de las dos etapas qu restan: o la crono de mañana (donde el gran favorito en teoría es Ganna, pero con Van Aert nada se puede descartar) o el sprint final en París.


El día empezó sin que Enric Mas haya sido de la partida, por un positivo por Covid. Tras sufrir mucho el día anterior en los descensos, por la mala experiencia de una caída reciente, el balear abandona un Tour que no ha salido como esperaban ni él ni su equipo, el Movistar. De ahí a ridiculizar día y noche a Mas o incluso a desear que el Movistar desciende de categoría va un trecho, el que separa a los auténticos aficionados al ciclismo de unos forofos de barra de bar con formas de expresarse más propias de otros espectáculos, pero del todo incompatibles con el ciclismo. 




Mañana, contrarreloj de 40,7 kilómetros en la que se resolverá lo poco que queda por decidir, como algún puesto dentro del top 10. 

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