La vida sigue igual. Suma y sigue. Tadej Pogacar que ganó la etapa de ayer, que dominó con poderío en el pavés un día antes, también ha ganado hoy en el primer final en alto de este Tour, en la cima donde empezó su leyenda en el Tour, la Planches des Belles Filles. Lo del ciclista esloveno es de otro planeta. Hoy le ha costado más de lo habitual, por momentos parecía que se le iba a escapar la victoria, pero una vez más el patrón de la carrera ha impuesto su ley y ha sumado una nueva victoria, que ya es la número 42 de su trayectoria deportiva. Alucinante.
Es verdad que lo de hoy no ha sido una exhibición, sino más bien un final agónico y un mano a mano muy emocionante con Jonas Vingegaard, que se confirma como el principal rival de Pogacar, o como el primero de los mortales, porque el reino del ciclista esloveno no es de este mundo. Cualquier escenario que no sea ver a Pogacar entrar de amarillo en París suena a ciencia ficción, pero visto lo visto, si alguien puede evitarlo ése es Vingegaard, el único ciclista que hoy ha sido capaz de tutear a Pogacar y de disputarle la victoria de etapa. Lo dicho, este Tour no tiene favoritos, sino un único y absoluto favorito y, después, varios escalones por debajo, corredores que aspiran a entrar en el podio final de la carrera como objetivo más realista, porque si no le ocurre nada raro a Pogacar, parece altamente improbable que alguien pueda derrocarlo.
Además de los dos protagonistas del duelo final, la etapa tiene otro gran nombre propio, el de Lennard Kämna, quien ha sido el último superviviente de la fuga y que ha sido alcanzado por Vingegaard y Pogacar a unos 100 metros del final. El kilómetro final, sobre tierra, se hizo eterno y terminó acabando con las opciones de victoria del corredor alemán del Bora, que lo había hecho todo bien, pero que se quedó con la miel en los labios.
Junto a Kämna, formaron la fuga del día tras mucha disputa Asgreen, Barthe, Ciccone, Durbridge, Erviti, Geschke, Pedersen, Schachmann y Teuns. El UAE de Pogacar, que mandó por delante a Laengen, le hizo después descolgarse y volver al pelotón. Los dos Bora, Kämna y Schachmann se fueron hacia adelante con Durbridge. Luego se unieron a ellos Teuns y Geschke y Kämna se fue en solitario y rozó la victoria hasta que Pogacar y Vingegaard se le echaron encima.
En la lucha por la general, el Ineos endureció la carrera en el pelotón a medida que se acercaban las rampas de La Planche des Belles Filles. Vlasov se quedó cortado antes de que empezara la fiesta del UAE. Hasta Rafal Majka se permitió el lujo de hacerle un gesto a Pogacar como diciéndole “todo tuyo, dale fuerte”. Y, efectivamente, al poco Pogacar aceleró y fue dejando descolgado a todos sus rivales salvo a Vingegaard. El gran damnificado fue Vlasov, que se dejó 1:40.
Tras las bonificaciones en meta y los segundos que Pogacar y Vingegaard sacaron al resto de hombres de la general, ahora el esloveno aventaja en 35 segundos a Vingegaard, 1:10 a Thomas, 1:18 a Yates, 1:31 a Gaudu, 1:32 a Bardet, 1:35 a Pidcock, 1:37 a Powless, 1:43 a Enric Mas y 1:55 a Daniel Felipe Martínez.
Mañana, nuevo final en alto, pero esta vez en una cota de tercera categoría en Lausanne. Suiza será el cuarto país que visita el Tour este año después de Dinamarca, Francia y Bélgica.
Si en el Tour Tadej Pogacar impone su ley, el dominio de Annemiek Van Vleuten en el Giro Donne está siendo estratosférico. La corredora neerlandesa del Movistar ha dado un auténtico recital y ha ganado en solitario la etapa, una nueva jornada de montaña. Ha sacado 59 segundos a Marta Cavalli, 1:38 a Elisa Longo Borghini y tres minutos a Mavi García, que hoy ha sufrido mucho y ha perdido la segunda plaza de la general.
Van Vleuten saca ahora en la general 2:13 a Cavalli y 3:42 a Mavi García. La española cuenta con más de tres minutos de ventaja sobre Longo Borghini para defender su puesto el el podio.
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