Vingegaard derroca a Pogacar en una etapa memorable




Lo ideal es hacerse todas las ilusiones posibles y no creerse ninguna”, escribió Pla. Cuando llega la alta montaña al Tour, inevitablemente, nos hacemos todas las ilusiones, aunque en el fondo sabemos que es difícil que haya espectáculo del bueno y ataques entre los favoritos desde lejos. Pero, a veces, esas ilusiones se cumplen y cuando ocurre el ciclismo es el mejor deporte del mundo y luce en todo su esplendor. Hoy ha sido uno de esos días. Hemos visto una formidable emboscada del Jumbo-Visma al todopoderoso líder, Tadej Pogacar. Ha sido una batalla sin cuartel en la que el equipo neerlandés ha hecho todo lo que ha podido para descolgar al patrón de la carrera, hasta que finalmente lo ha logrado Jonas Vingegaard en la subida final al Granon, donde ha sacado al esloveno, que es humano, y se ha puesto líder. 


La estrategia del Jumbo-Visma ha rozado la perfección en una de las mejores etapas de la historia reciente del Tour. Una auténtica lección de trabajo en equipo. Por cierto, mal día hoy para los que decían que Wout Van Aert estaba corriendo a s bola sin trabajar para su equipo. Hoy el belga también ha formado parte de esa emboscada magistral que ha ejecutado el equipo neerlandés para asaltar el Tour. El día empezó, precisamente, con una conversación entre Van Aert y Mathieu Van der Poel en la neutralizada, justo antes de lanzar la salida real. Nada más darse la salida, los dos atacaron mano a mano y se fueron hacia adelante. Mejores augurios, mayores ilusiones, imposible. 


Van Aert pasó primero por el sprint intermedio, con lo que reforzó aún más su posición al frente de la clasificación de la regularidad. Poco después se unió a ellos Mattia Cattaneo. La fuga se formó finalmente con ese terceto más otros 17 corredores: Barguil, Gallopin, Teuns, Ion Izagirre, Schachmann, Cherel, Geschke, Politt, Latour, Laporte, Neilands, Pedersen, Rutsch, Van Keirsbulck, Gradek, Bodnar y Bagioli. Es decir, el Jumbo-Visma metió a dos corredores en la fuga, con lo que dejaba claras sus intenciones. 

 

Van Der Poel perdió contacto pronto con el grupo cabecero y se terminó retirando del Tour. Lo de hoy ha sido un último destello. No ha estado a gusto en ningún momento en esta edición. Vendrán otras. Con Van Aert y Laporte por delante, Tiesj Benoot y Primoz Roglic atacaron en el Télégraphe. Tadej Pogacar no perdió la calma en ningún momento y sofocó esa intentona. Vendrían muchas más. Incontables rebeliones. Roglic se lanzó en el descenso, en el que Laporte, que venía de la fuga, aceleró el ritmo al máximo. Se quedaron sólo los tres Jumbo (Vingegaard, Roglic y Laporte) con Pogacar y con Geraint Thomas. Golpe maestro del Jumbo-Visma. 


Esos cinco comenzaron la ascensión al Galibier, aunque en cuanto Laporte perdió contacto fue Roglic quien trabajó para Vingegaard. Todos los demás hombres de la general se quedaron cortados. El Movistar de Enric Mas, el DSM de Romain Bardet y el Groupama-FDJ de David Gaudu se pusieron a tirar del grupo del resto de favoritos. A 13 kilómetros de la mítica cima alpina, muy lejos de meta, atacó Vingegaard y le siguió sin inmutarse Pogacar, quien también arrancó después, haciendo suyo eso de que la mejor defensa es un buen ataque. La táctica del Jumbo fue de manual. Roglic y Vingegaard se fueron alternando en los ataques y Pogacar los respondió a todos. Fue un desgaste enorme. El líder respondía a cada demarraje, estaba solo. 





Se vivió entonces una guerra de nervios y un desgaste constante para el ganador de las dos últimas ediciones del Tour. Pogacar miraba hacia atrás y preguntaba a su equipo por el pinganillo por sus gregarios, que llegaban en el grupo trasero. Marc Soler arrancó desde ese grupo para llegar a la altura de Pogacar y poder ayudar a su líder. Poco después hubo neutralización y entraron los otros hombres de la general, pero el daño estaba hecho. Roglic volvió atacar en el Galibier y Pogacar volvió a responder y le dio continuidad. Entonces se vio el poderío del Jumbo, con cuatro corredores del equipo en el grupo, frente a la soledad de Pogacar. 


El líder intentó contener la estrategia del equipo neerlandés. Pogscar aceleró para dejar a Vingegaard sin compañeros y, por supuesto, lo logró. Se quedaron por delante Pogacar, Vingegaard, Thomas y Bardet. Al final, el líder logró reducirlo a un mano a mano: Vingegaard contra él. El danés no entró al relevo, lo que permitió a Bardet, Thomas y Kruijswijk conectar con ellos. Los dos favoritos coronaron el Galibier sólo unos segundos antes que un sensacional Bardet y que Thomas, siempre ahí. 


Van Aert aflojó el ritmo para ayudar a Roglic por detrás y lo logró. Nueva lección del Jumbo-Visma. Sensacional. En cuanto empezó el Granon ser apartó Van Aert, soberbio un día más, y se puso a tirar Roglic. Por cierto, hasta ahora el Tour sólo había terminado una vez en el Granon, en 1986, con victoria entonces para Eduardo Chozas. Majka le pudo echar una mano a Pogacar. Lo intentó Nairo Quintana, pese a que su compañero Barguil iba en cabeza de carrera, y el colombiano abrió hueco poco a poco.


A cinco kilómetros del final saltó con mucha fuerza Bardet, ídolo local y la opción francesa para la general, e inmediatamente después atacó Vingegaard. Fue el momento decisivo del día y puede que del Tour. Pogacar, que cuando restaban 11 kilómetros para la meta sonreía a la cámara de la moto, tranquilo y sin inmutarse, no pudo salir a por él. Majka intentó cerrar el hueco pero Pogacar no pudo ni siquiera seguir el ritmo de su gregario. Es la primera gran crisis que le vemos al esloveno. Dio la impresión de ser una pájara, una crisis puntual.


Al ver que había soltado al patrón de la carrera, Vingegaard se creció y se marchó en solitario a por la victoria y a por el maillot amarillo. El corredor danés del Jumbo-Visma sacó en meta minuto a Quintana, 1:12 a Bardet, 1:40 a Thomas, 2:05 a Gaudu, 2:11 a Yates y 2:52 a Pogacar. Hundidos, mucho más lejos, llegaron el resto de aspirantes. De uno en uno y con diferencias de minutos y no de segundos, como en las grandes etapas de montaña del Tour





Ahora Vingegaard, que se pone líder del Tour por primera vez en su carrera, saca en la general 2:16 a Bardet, 2:22 a Pogacar, 2:26 a Thomas, 2:37 a Quintana, 3:06 a Yates y 3:13 a Gaudu. Ya mucho más lejos, a más de siete minutos, quedan los otros favoritos. Mas es décimo a 9:29. 




Después de la paliza de hoy, mañana se suben el Galibier (por otra vertiente distinta a la de hoy), Croix de Fer y final en Alpe d’Huez. Con Pogacar obligado ahora a atacar y a recuperar tiempo, el Tour se queda precioso. Sigamos haciéndonos todas las ilusiones, como pedía Pla, y que se cumplan. 

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