Exhibición Mundial de Evenepoel




Remco Evenepoel llegaba hoy a la prueba en ruta del Mundial de Wollongong con 14 victorias esta temporada, entre las que estaba un monumento, la Lieja-Bastoña-Lieja, y una grande, la Vuelta a España, donde ganó con autoridad y se llevó también dos etapas. Hace una semana logró el bronce en la prueba mundialista contrarreloj y hoy, porque todo esto le sabía a poco a la criatura, se ha proclamado campeón del mundo en ruta. No ha sido una victoria cualquiera. Ha sido extraordinaria. O, mejor dicho, ha sido una victoria cualquiera para Evenepoel, fiel a su estilo, porque él sólo sabe ganar exhibiéndose. Él convierte en normal lo extraordinario


Ha sido un recital como el que ofreció en la Clásica de San Sebastián, atacando desde su casa. Como tantas otras veces. No es que gane mucho y en todos los terrenos, no es que sea uno de los ciclistas más carismáticos del mundo a sus 22 años, es cómo gana. Hoy ha firmado uno de esos demoledores triunfos en solitario, ampliando en su cabalgada en solitario en los 26 kilómetros finales su ventaja respecto a su perseguidor, Alexéi Lutsenko, y rodando como a quien no le cuesta lograr esa clase de recital, como quien ha dando un paseo en bici. Hoy, como tantas otras veces, llegó a meta con tiempo de sobra para festejar su victoria. Miro para atrás pero no venían ni las motos. Nadie le seguía. Se llevó las manos a la cabeza y se emocionó. Acaba de proclamarse campeón del mundo. 





Ha sido un Mundial extraño, realmente apasionante, y en cuyo corte decisivo, que se formó a 76 kilómetros de meta, sólo entró uno de los grandes favoritos, el propio Evenepoel. A partir de ahí, una lección magistral más del fascinante corredor belga, que fue con claridad el más fuerte. Su triunfo en el Mundial lo sitúa sin duda como el mejor ciclista de este año. Pocos ciclistas a lo largo de la historia, sólo algunos de los más grandes, han sido capacites a lo largo de la historia de ganar un monumento de primavera, una gran Vuelta y un Mundial. Además, en todos los casos, ganando de forma arrolladora, con exhibiciones en solitario. El próximo año Evenepoel lucirá el arcoíris y con él sobre los hombros intentará seguir creciendo, porque si algo ha demostrado esta temporada es que su talento y su ambición no tienen límites. Portentoso. 





En la lucha por las otras dos dos medallas se impuso por sorpresa el francés Christophe Laporte, porque el grupo principal alcanzó en la misma recta de meta al resto de escapados. Plata merecida para Francia, la selección que más ha animado la carrera. El bronce ha sido para El australiano Michael Matthews, que ha dejado a Wout Van Aert a las puertas de las medallas, cuarto. Finalmente, Iván García Cortina ha terminado undécimo, un resultado nada desdeñable tras una carrera bastante calamitosa de la selección española. 

   

La carrera empezó unas horas antes de su inicio en el hotel de Mathieu Van der Poel. El ciclista neerlandés, que era uno de los máximos favoritos a la victoria final, se fue a dormir pronto para estar listo para la prueba. Dos adolescentes llamaron a la puerta de su habitación y hacían ruido. Van der Poel aquí a pedirles que lo dejaran en paz. Según el atestado policial, el ciclista llegó a empujar a las jóvenes y fue denunciado por agresión. Fue detenido, pasó varias horas en comisaría y, aunque tomó la salida del Mundial, se retiró en la primera hora. Le ha sido retirado el pasaporte y tendrá que estar al menos tres semanas más en el país. 


En lo estrictamente deportivo, hubo un primer movimiento relevante con Tadej Pogacar y Wout Van Aert, entre otros, a quienes después se unió otro grupito con ciclistas como Ben O’Connor o Pavel Sivakov. Alemania tiró para echar abajo la fuga y lo logró. Después se formó una escapada consentida que tomó una gran ventaja con el brasileño Nicolas Sessler, el canadiense Pier-André Coté, el estadounidense Scott McGill, el israelí Guy Sagiv, el letón Emils Liepins, el mongol Bilguunjargal Erdenebat, el australiano James Fouché, el polaco Lukasz Owsian, el checo Michael Kurkle, el eslovaco Juraj Sagan, el esloveno Jaka Primozic y el suizo Simon Pellaud.


A 76 kilómetros del final se formó el corte decisivo con una treintena de ciclistas, provocado por Francia, la selección más activa. Entraron en ese grupo Quentin Pacher, Romain Bardet, Florian Sénéchal, Remco Evenepoel, Quinten Hermans, Stan Dewulf, Jan Tratnik, Nicola Conci, Kevin Geniets, Neilson Powless, Mauro Schmid, Jake Stewart, Nairo Quintana, Jai Hindley, Pascal Eenkhoorn, Alexey Lutsenko, Lorenzo Rota, Mattias Skjelmose Jensen, Nickolas Zukowsky, Ben Tulett y James Fouché. Ningún español en ese grupo. Sí había entrado Marc Soler en un ataque anterior de Pavel Sivakov, pero después nadie de la selección española entró en el corte final de 36. Tampoco Alemania metió a nadie. Ambos equipos fueron los que más tiraron del pelotón en un primer momento. La ventaja superó los dos minutos, pero se recortó al minuto porque Francia marcó un ritmo exigente en el pelotón ya que, a pesar de contar con cuatro ciclistas por delantero aparentemente no le valía ese corte. 





A 34  kilómetros de meta atacó Evenepoel por delante y se pegó a su rueda Lutsenko. El movimiento llegó justo antes del antepenúltimo paso por línea de meta. Saltaron m en su persecución el italiano Rota, el suizo Schmid, el neerlandés Eenkhoorn y el danés Jensen. Ese ataque fue el primer acto del recital final del belga. El segundo y definitivo llegó a 26 kilómetros de meta, cuando m Evenepoel soltó a Lutsenko y se marchó en solitario camino del arcoíris, esa prenda que portará el próximo año para recordar a todos su grandeza. 

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