La Espada de Indurain

 

Recuerdo que mi hermano mayor, a quien debo el comienzo de mi afición al ciclismo cuando éramos niños, tuvo durante muchos años en la mesilla de su cuarto una reproducción en miniatura de Espada, la bicicleta con nombre propio con la que Miguel Indurain batió el récord de la hora en 1994. Seguro que todavía la tiene. El simple hecho de que existieran esas miniaturas de la bici y que hoy todos recordemos el nombre de esa bici demuestra la importancia que en su día se concedió a ese récord de la hora, uno de los pocos hitos que le faltaban por entonces al ciclista navarro, que ya había ganado cuatro Tours de Francia y dos Giros de Italia. Ahora, el documental La Espada de Indurain, de Informe+, en Movistar Plus+, recuerda lo que significó entonces aquel reto y la dimensión que adquirió Indurain, que era el dios absoluto del ciclismo y del deporte en aquel tiempo y que logró un seguimiento del ciclismo inédito en nuestro país y que posiblemente nunca después se ha vuelto a repetir. 
El documental no cuenta con declaraciones actuales de Indurain, intuyo que en parte por la humildad habitual del ciclista navarro, poco amigo en general de los medios y de las apariciones públicas, y en parte también porque tal vez no guarde buen recuerdo del todo de cómo se gestó aquel doble intento de batir el récord de la hora, en especial, el segundo. En todo caso, sí aparecen declaraciones de la época, imágenes que son auténticas reliquias, oro puro, incluida parte de la narración que Canal+ hizo de aquel acontecimiento deportivo, además de declaraciones de personas del equipo de Indurain y también de Carlos Martínez (el narrador en Canal+), Pedro Delgado (que fue compañero de Indurain y que también comentó el récord de la hora en el canal de televisión) y de Javier Ares (la voz del ciclismo en nuestro país, a quien siempre da gusto escuchar)

Nos tenemos que trasladar al verano de 1994. Miguel Indurain acaba de ganar su cuarto Tour de Francia. Es dios. Está a un triunfo en la ronda gala de igualar a Eddy Merckx, Bernard Hinault y Jacques Anquetil en el Olimpo de los únicos ciclistas con tres victorias en la ronda gala. Y entonces, los responsables del equipo de Indurain, Banesto, deciden que el navarro busque una nueva hazaña, batir el récord de la hora, un reto que había caído casi en el olvido por aquel entonces. El arrollador dominio de Indurain en las contrarrelojes hacía pensar que, en efecto, podría lograr un buen resultado en el récord de la hora, pero adaptarse a la pista, donde nunca había corrido en toda su carrera, no fue sencillo. 

En el documental queda bastante claro que Indurain se dejó hacer, aunque no era lo que más le motivaba del mundo. De hecho, visto con perspectiva, resulta un tanto sorprendente que decidiera renunciar al Mundial de aquel año, en el que por primera vez se disputaba una prueba contrarreloj en la que hubiera sido favorito indiscutible, por intentar batir el récord de la hora, lo que logró en el velódromo de Burdeos el 2 de septiembre de 1994, cuando recorrió 53,040 kilómetros en una hora. Tony Rominger superó esa marca apenas mes y medio después, lo que llevó al equipo de Indurain a una nueva intentona en 1995, esta vez en Colombia, tras los míticos Mundiales en los que el navarro se llevó el oro en la prueba contrarreloj por delante de Abraham Olano y la plata en la prueba en ruta tras Olano. Queda también muy claro que Indurain no era nada partidario de ese segundo intento, que no resultó exitoso y que, según algunos, fue el principio del fin, lo que empezó a hacer pensar a Indurain en su retirada. 

Es fantástico el documental, una joyita para todo amante del ciclismo, tanto si vivió aquella época como si no. El ciclismo tiene mucho de relato, de historias que se van escribiendo con el paso de los kilómetros y el pedaleo de los esforzados de la ruta, y gusta mucho recordarlo, volver a esas historias míticas del pasado. Es muy interesante todo lo que cuentan los mecánicos y miembros del equipo de Indurain, las declaraciones de Carlos Martínez, narrador habitual de fútbol en Canal+ que confiesa que tenía cierto miedo a la narración del récord de la hora porque temía no tener qué contar durante una hora entera con un ciclista dando vueltas a un velódromo, y las de Pedro Delgado que, genio y figura, llegó con 14 minutos de retraso a la retransmisión. En fin, yo no me perdería La Espada de Indurain, ya digo, en Movistar Plus+. Canela fina. 

Comentarios