Gracias a las vacunas y a la inmunidad colectiva, el Covid-19 se trata hoy en la sociedad de un modo muy distinto al de los comienzos de la pandemia. Ya no es obligatorio el uso de mascarillas casi en ningún sitio y el coronavirus se aborda por lo general como la gripe, no con la excepcionalidad que durante los peores momentos de la epidemia requería para evitar la saturación de los hospitales. Hoy, ya digo, la realidad del Covid-19 es muy distinta, afortunadamente, pero en el mundo del ciclismo no ha cambiado tanto ese trato a los casos de coronavirus. Anoche saltó la sorpresa, Remco Evenepoel, líder del Giro, abandonaba la carrera tras haber dado positivo por Covid-19 en un test rutinario.
Por supuesto, si el ciclista y su equipo han tomado esta decisión, en su derecho están y sus razones tendrán. Poco podemos opinar al respecto, la verdad. Sólo podemos constatar que la retirada por un caso de coronavirus no es ya obligatoria. Los equipos podrían decidir aislar a los corredores en esa situación y seguir en carrera, siempre que estén físicamente bien. Es decir, quizá ya no debería tratarse tanto de esa prudencia extrema para evitar contagios de hace unos años, sino más bien de saber si el Covid-19 impide al corredor estar en plenitud. Tal vez ahí está la clave.
Ahora entendemos mejor que Evenepoel, aunque ganó la contrarreloj de ayer, no arrasara como hizo en la crono del primer día. Y le da aún más mérito a su victoria. Sabemos lo que ha contado el Soudal-Quick Step y el propio ciclista en las redes sociales. Evenepoel se limita a decir que siente tener que retirarse por un positivo en un test de Covid-19 y que la experiencia en esta primera semana de carrera ha sido muy positiva.
El caso es que la carrera pierde a su líder y uno de sus principales alicientes. Es una noticia terrible para el Giro, que ahora pasa a estar liderado por Geraint Thomas. El ciclista del Ineos aventaja en dos segundos a Primoz Roglic, en cinco a su compañero Tao Geoghegan Hart y en 23 a Joâo Almeida. El Giro cambia por completo de panorama y lo hace por la peor razón posible. Una pena.
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