Este sábado, 1 de julio, echará a rodar desde Bilbao la 110 edición del Tour de Francia, la mayor carrera ciclista del mundo. La pasión del público vasco por el ciclismo, las ansias con las que se espera la prueba en Euskadi y el atractivo recorrido de las tres primeras etapas permiten prever un comienzo de Tour más intenso y exigente de lo habitual. Estas son las 21 etapas de la Grande Boucle, los 21 días de retos que separan a los ciclistas de Bilbao a París.
Hasta cinco ascensiones de media montaña tendrá la primera etapa del Tour con salida y meta en Bilbao, en la que la lucha por el primer maillot amarillo debería centrarse en las subidas al Vivero y a Pike, las más cercanas a meta.
Entre Vitoria y San Sebastián transcurrirá la segunda etapa del Tour, que incluye la ascensión a Jaizkibel, mítica subida de la Clásica de San Sebastián. Otro día en el que el recorrido parece perfecto para ver espectáculo.
Los Pirineos llegan mucho antes de lo que es habitual en el Tour. La quinta etapa, con salida en Pau, incluye las subidas al Col de Soudet (de categoría especial, con 15,2 kilómetros al 7,2% de desnivel medio), Col d'Ichère (de tercera, 4,2 kilómetros al 7%) y el Col de la Marie Blanche (de primera, 7,7 kilómetros al 8,6%).
Más madera en la sexta etapa, con cuatro puertos, incluido el Tourmalet, coloso de categoría especial con 17,1 kilómetros de subida al 7,3%.
Con el regreso al mítico Puy de Dôme, meta de la novena etapa y uno de los momentos más esperados de esta edición del Tour concluirá una intensa y muy dura primera semana de carrera.
Tras la primera jornada de descanso, el martes 11 de julio se disputará la décima etapa, con cinco puertos y un perfil rompepiernas. Perfecto para aventureros y difícil de controlar para los equipos de los velocistas.
El trípico montañoso que el Tour ha preparado para el final de su segunda semana concluye con una jornada durísima que encadena cinco puertos, incluida la ascensión final a Saint Gervais Mont Blanc.
La tercera semana de carrera empezará con una contrarreloj individual de 22,4 kilómetros que no es totalmente llana, ya que incluye la subida de 2,5 kilómetros a la Côte de Domancy, que es corta pero tiene un 9,6% de desnivel medio.
La etapa 17, con final en Courchevel, es una de las más exigentes de este Tour, con las subidas encadenadas a dos puertos de primera categoría, uno de segunda y otro de categoría especial, el Col de la Loze, con 28,1 kilómetros de ascensión.
La batalla final del Tour incluye seis puertos (uno de tercera, tres de segunda y dos de primera categoría) en los que se decidirá todo lo que quede aún por decidir a estas alturas de la carrera.
El 23 de julio, los Campos Elíseos de París recibirán a los supervivientes de tres semanas de Tour y rendirán el merecido homenaje al vencedor.
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