Quedan aún tres semanas para que comience el Tour de Francia en Bilbao, pero mucho tiene que cambiar esto, muchísimo, para que la ronda gala no sea un duelo a dos entre el vigente ganador, Jonas Vingegaard, y el ciclista al que el danés destronó el año pasado, Tadej Pogacar, quien parece que llegará en plena forma y totalmente recuperado de su caída.
En cada carrera que han disputado, en cada ocasión que se les ha presentado este año, Vingegaard y Pogacar han demostrado estar en otro nivel. No parece hacer corredor capaz de plantarles cara en el Tour. Vingegaard ha arrasado hoy en una etapa muy exigente de montaña en el Dauphiné con final en la Croix de Fer donde ha llegado en solitario con una ventaja de 41 segundos sobre Adam Yates (compañero de Pogacar en el UAE), 53 segundos sobre Jai Hindley y más de un minuto ya sobre Ben O’Connor. Es decir, no ha haciendo carrera, ni hay color.
Por supuesto que queda mucho para el Tour y que la prueba francesa de tres semanas, la carrera más famosa del mundo, es por encima de todo una carrera de supervivencia, pero la distancia que Vingegaard está exhibiendo en este Dauphiné respecto al resto de aspirantes a la general está siendo casi insultante. No hay más que ver las diferencias en la general: 2:11 sobre Yates, 2:24 sobre O’Connor, 2:36 sobre Hindley y ya más de tres minutos sobre Jack Haig y Daniel Felipe Martínez. Casi nada. Juega en otra liga.
Mañana, etapa seria de montaña en la que, visto lo visto, Vingegaard podría aumentar aún más su renta sobre el resto de rivales, y en la que la única emoción parece estar en la lucha por los otros dos puestos del podio. Hoy, de nuevo, ha sido un mal día para Enric Mas, que ha perdido 2:49 con Vingegaard y ya está en el puesto 20 de la general a casi siete minutos del danés.
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