Eric Fagundez Lima, ciclista uruguayo de 25 años que corre en las filas del Burgos-BH, ha sido el único componente de la escapada del día hoy en la Vuelta. Cuando llegaron las subidas puntuales del día, Eduardo Sepúlveda (Lotto Dstny), líder de la montaña, atacó para darle caza y sumar más puntos, por lo que afianzó así su posición al frente de la clasificación del maillot blanco a puntos azules.
Ningún otro de los 174 corredores que siguen en competición ha considerado oportuno meterse en la fuga. Ningún otro equipo ha pensado que sería buena idea intentar al menos dejarse ver en cabeza. Se puede entender que mañana el recorrido es mucho más propicio, que lo de hoy son cosas que pasan en carreras de tres semanas, que las grandes vueltas son muy largas y termina compensando jornadas así con otras mucho más espectaculares, pero cuesta entender ciertas actitudes. Ni mucho menos todos los equipos tienen candidatos al triunfo final en la general, ni escaladores con opciones reales a ganar las grandes etapas montañosas ni velocistas punteros. ¿Por qué no se mueven en días como hoy? Incluso otros que sí tengan opciones más claras, ¿no pueden enviar a un ciclista hacia adelante? ¿No pueden plantear algo distinto? ¿Por qué no intentar animar la carrera en lugar de resignarse a rodar en el pelotón sin más?
Mañana, final en alto, en el Observatorio Astrofísico de Javalambre. La ascensión es lo suficientemente exigente (10,9 kilómetros al 8% con rampas de hasta el 16%) como para ver batalla entre los favoritos. Mañana será otro día.
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