Así serán el Tour masculino y femenino en 2024


París ha acogido esta mañana la presentación de los recorridos del Tour de Francia masculino y femenino del próximo año. Será lo más cerca que esté en 2024 la capital francesa de la Grande Boucle, ya que el hecho de que París acoja los próximos Juegos Olímpicos obligará a que por primera vez en su más que centenaria historia la ronda gala no concluya en la capital sino en Niza. Durante la presentación de recordó de forma reiterada que será algo excepcional y que el final en los Campos Elíseos forma parte de la identidad del Tour, es decir, de la propia identidad francesa. 


Los dos recorridos, tanto el femenino como el masculino, son muy atractivos. No recuerdo la última vez que, al menos en un primer vistazo, me han convencido tanto las decisiones de ASO, la empresa organizadora de la carrera, en cuanto a los perfiles del próximo año. Ambos recorridos me han dejado muy buenas sensaciones. En especial, el del Tour Femmes, que roza la perfección


En su tercera edición en este nuevo formato, el Tour femenino partirá de Róterdam el 12 de agosto. Esta vez, por tanto, no será justo después del final del Tour masculino, que concluirá el 21 de julio, sino tras los Juegos Olímpicos, que se disputarán del 26 de julio al 11 de agosto en París. Es decir, sólo un día después de los Juegos, el Tour femenino echará a rodar desde Países Bajos, el país de muchas de las mejores corredoras del mundo donde el ciclismo está muy presente en el día a día


La prueba comenzará con una etapa llana entre Róterdam y La Haya. El segundo día habrá un doble sector, matutino y vespertino, una novedad reseñable. El primer sector será una etapa llana de 67 kilómetros, también en Países Bajos, igual que la tercera, que será el sector vespertino el mismo día, una contrarreloj individual de sólo 6,3 kilómetros, quizá demasiado corta, aunque es verdad que llegará después del sector de la mañana. 


La cuarta etapa transcurrirá de Valkenburg a Lieja, escenario de clásicas, con varias de las subidas míticas de la Lieja-Bastoña-Lieja. Sólo en la quinta etapa entrará en Francia la carrera. Lo hará con una jornada con más de 2.000 metros de desnivel acumulado. La sexta etapa también tendrá varias subidas antes de las dos jornadas finales con metas en el Grand Bornand y en el Alpe D’Huez. Si la contrarreloj del tercer día fuera más larga, para mí sería el recorrido perfecto. En todo caso, es excelente. Tiene un poco de todo: etapas con guiños a las clásicas, contrarreloj, media montaña y dos etapas finales de alta montaña. Magnífico. 





Al recorrido de la 111 edición del Tour masculino no le faltan novedades este año, ya que partirá por primera en su historia de Italia, terminará también por primera vez en Niza en lugar de en París y, además, visitará por primera vez doce nuevas ciudades y lugares de salida o de llegada. Por cierto, el vídeo promocional que emitieron fue como para coger el primer billete a cualquier ciudad de Italia y volver a visitar este increíble país. Un poco lo mismo con el vídeo de Niza, la verdad. Quién dijo que el ciclismo sólo era una competición deportiva y no, además, una insuperable plataforma de promoción turística. 

 

El 29 de junio comenzará el Tour con una primera etapa italiana que se dará un aire a la jornada inaugural en Bilbao de este año, ya que tendrá varias cotas y 3.600 metros de desnivel acumulado. La segunda tiene una doble subida  a San Luca antes del final en Bolonia que animará el desenlace. La tercera jornada, de Plaisance a Turín, será la primera oportunidad clara para los velocistas. En la cuarta llegará la montaña con la muy tempranera subida al Galibier, con 23 kilómetros de ascensión, cuya meta estará situada a menos de 20 kilómetros del final. En principio, la quinta y la sexta etapa serán propicias para el sprint,  mientras que la séptima etapa será una contrarreloj individual de 25 kilómetros entre viñedos de Borgoña.


La octava etapa volverá a ofrecer una oportunidad para los hombres rápidos antes de que lleguemos a la novena, jornada de mucho interés porque incluirá 14 sectores de gravel, de sterrato, con 32 kilómetros en total sobre esos caminos de tierra. Siempre genera polémica la inclusión de este tipo de etapas en el Tour o, en general, en vueltas de tres semanas. Hay quien prefiere que esos recorridos se reserven para las clásicas. A mí me gusta. Cuando más tipos de jornadas diferentes incluya una gran vuelta, mejor, más completo será el vencedor, más retos habrá superado. 


Tras el primer día de descanso, llegará la décima etapa, llana, que podría verse condicionada por el viento camino de Saint-Amand-Montrond. La undécima jornada será rompepiernas, con cuatro puertos y con 4.350 metros de desnivel acumulado. Tanto la etapa 12 como la 13, con final en Pau, parecen destinadas a resolverse al sprint. Al día siguiente llega la primera jornada de Pirineos, con subidas al Tourmalet (19 kilómetros al 7,4%), Hourquette d'Ancizan (8,2 km, 5,1%) y final en Saint-Lary-Soulan Pla d'Adet (10,6 km, 7,9%). La etapa 15, día de la fiesta nacional francesa, ofrecerá una nueva jornada pirenaica con final en Plateau de Beille (15,8 kilómetros al 7,9%), tras otras cinco ascensiones y un desnivel acumulado de 4.850 metros. Al día siguiente en Nimes será un día para los velocistas. 


La etapa 17 incluye tres ascensiones lo suficientemente cerca de meta como para que haya batalla. Deberíamos ver movimientos en el Col du Noyer ( 7,5 kilómetros al 8,4%) y en la meta de Superdévoluy (kilómetros al 5,9%). La etapa 18, con final en Barcelonnette no será, en principio, relevante para la general, todo lo contrario que la etapa 19, muy duras con final en Isola 2000 (16,1 kilómetros al 7,1%), donde está situada la meta de la jornada, tras las ascensiones a Col de Vars (18,8 kilómetros al 5,7%) y a la Bonette (22,9 kilómetros al 6,9%). Con salida en Niza, la penúltima etapa, que transcurrirá por territorios clásicos de la París-Niza, incluirá las subidas a Col de Braus  (10 km, 6,6%), Col de Turini (20,7 km, 5,7%), Col de la Colmiane (7,5 km, 7,1) y Col de la Couillole (15,7 km, 7,1%). Al día siguiente, una contrarreloj de 34 kilómetros con salida en Mónaco y final en Niza por primera vez en la historia del Tour. Otro punto muy a favor del recorrido de la prueba es este final en contrarreloj, que lo hará más emocionante. 


Aunque el año que viene no nos quedará París, y se echará de menos, tanto el Tour masculino como el femenino contarán con recorridos más que propicios para ver ciclismo del bueno. La última palabra, como siempre, la tendrán los y las ciclistas. 

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