Tadej III de Lombardía


Tadej Pogacar es lo mejor que le ha pasado al ciclismo en mucho tiempo. Gane o pierda, son su actitud, su forma de divertirse encima de una bicicleta, su respeto a la historia de este deporte y su ambición por brillar en distintos tipos de carrera y no sólo en el Tour lo que hacen del corredor esloveno un ciclista único. La de hoy es su tercera victoria consecutiva en Il Lombardia, el último monumento del año, y ya son 17 las victorias logradas por el corredor esloveno esta temporada. De otro planeta. No existe ningún ciclista en el pelotón actual capaz de lograr un palmarés así, por la diversidad de sus victorias. Ganar tanto, durante tantos momentos a lo largo de la temporada y en carreras tan distintas es algo impresionante


Pogacar ha ganado hoy a lo campeón, a su estilo, es decir, atacando en solitario. Se movió primero la ascensión al Passo di Ganda, la última gran subida de la clásica. Se fue hacia adelante junto a Alekxandr Vlasov pero terminó siendo alcanzado por el resto de favoritos que para entonces seguían con opciones de victoria. Como no pudo descolgarlos subiendo, lo intentó y lo logró bajando. Se fue en el descenso a toda velocidad y ya nadie lo vio hasta la meta en la preciosa ciudad de Bérgamo, donde Pogacar llegó pidiendo a un público enloquecido ante la gran estrella del ciclismo mundial, el corredor con más carisma del pelotón, que aplaudieran todavía más. En el podio acompañaron a Pogacar Andrea Bagioli y Primoz Roglic


Antes que Pogacar, sólo Alfredo Binda en los años 20 del siglo pasado y Fausto Coppi en los 40 habían conseguido ganar tres años seguidos la clásica de las hojas muertas, una carrera creada en 1905 y con 117 ediciones. 


La temporada que ha firmado Tadej Pogacar es descomunal. No ha ganado el Tour, no, pero no le ha hecho falta para conseguir un palmarés inalcanzable para cualquier otro corredor del pelotón. El esloveno empezó el año renunciando a correr la carrera de Emiratos que organiza el país que es el principal sponsor de su equipo porque prefirió ir a divertirse entre olivares en la  espectacular y muy joven carrera Jaén Paraíso Interior. Pogacar fue, se divirtió y, por supuesto, ganó. Después corrió y, claro, ganó la Vuelta a Andalucía, donde también se llevó tres etapas. De ahí paso a la París-Niza, donde repitió el resultado: general y tres triunfos parciales.


La temporada de clásicas del esloveno se saldó con victorias en el Tour de Flandes, la Amstel Gold Race y la Flecha Valona. Con su arrolladora victoria en Flandes entró en el selecto grupo de seis ciclistas a lo largo de la historia con al menos tres monumentos distintos y un Tour de Francia en su palmarés junto a Fausto Coppi, Louison Bobet, Felice Gimondi, Eddy Merckx y Bernard Hinault. Tras esos tres triunfos, Pogacar intentó redondear su primavera ciclista ganando la Lieja-Bastoña-Lieja pero ahí sufrió una caída que le obligó a cambiar sus planes en el calendario de preparación para el Tour de Francia. Es el riesgo que sabe que corre por buscar la gloria en toda clase de carrera, incluidas las grandes clásicas, algo que no hace con su ambición, su amplitud de miras y su atrevimiento ningún otro hombre Tour del pelotón. 


Pogacar regresó a la competición ganando los campeonatos de Eslovenia en contrarreloj y en ruta. En el Tour lo dio todo ante Jonas Vingegaard y ganó dos etapas, pero no pudo derrotar al danés en la lucha por la general. Aún encontró fuerzas el esloveno para ser bronce en el Mundial en el que se exhibió Mathieu Van der Poel. Y hoy, para redondear una temporada de ensueño, ha ganado su tercera Il Lombardia. Tadej III de Lombardía, amo y señor del ciclismo mundial. 




 

Il Lombardia ha empezado este año con un homenaje y con un susto. El homenaje a Thibaut Pinot, que ha elegido el último monumento del año para retirarse. Un ciclista especial, de los que cautivan más por su coraje que por su palmarés. Un corredor único al que su director deportivo, Marc Madiot, describe a la perfección con pocas palabras: “Pinot tiene muchos defectos pero es auténtico”. Y esa autenticidad es la que hace que tantos amantes del ciclismo lo adoren, lo adoremos. Por supuesto, sus aficionados se volcaron con él en la curva Pinot que le rindió homenaje especial por esta ocasión. Se le echará de menos. 


El susto al comienzo de la prueba italiana fue la caída de Remco Evenepoel a 217 kilómetros de meta, casi nada más tomarse la salida. Tardó en ponerse en pie y llegamos a temer lo peor, pero el belga pudo finalmente volver a rodar y se reintegró en el pelotón. No fue la mejor forma de volver a una carrera en la que hace tres años sufrió una caída muy grave que le obligó a estar sin competir varios meses. Sjoerd Bax, gregario de Tadej Pogacar en el Emirates, también se vio afectado por la caída y tuvo que abandonar. Quedó tocado Evenepoel, que a 37 kilómetros de meta, en la última subida, la del Passo di Ganda, perdió contacto pronto con el gran grupo. Alaphilippe se quedó a su lado. 


También sufrió una caída muy pronto Enric Mas, quien se vio obligado a abandonar. El ciclista balear, segundo el año pasado en Lombardía ante Pogacar, no ha tenido esta vez la suerte de su lado, igual que le pasó a la primera de cambios en el Tour. Otro corredor que fue protagonista el año pasado en la clásica lombarda pero que se ha ido al suelo es Mikel Landa, también apartado de la lucha por la victoria en una carrera que esta  vez partió de Como y terminó en Bérgamo y no al revés como el año anterior, ya que suelen alternar. En esa caída también se fue al suelo Richard Carapaz, que estaba terminando muy bien la temporada. Bais, Battistella, Burati, De Gendt, Eriksson, Geschke, Hellemose, Malecki, Ourselin, Prodhomme, Bayer, Bonifazio, Brun, Conci, Swift y Tolio formaron la fuga del día de una de las últimas grandes carreras del calendario de ciclismo en ruta, aunque alguna que otra queda y mañana tendremos la París-Tours y también el Mundial de gravel masculino, con Valverde, Cortina y Van Aert en liza. Hoy en la prueba femenina la victoria ha sido para la polaca Kasia Niewiadoma por delante de la italiana Silvia Persico y la neerlandesa Demi Vollering. 

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