El año pasado, el Tour de Francia femenino celebró su primera edición de una nueva era, tras varios años en los que la competición se limitada a una prueba de un día. Este 2023 ha sido la Vuelta Ciclista a España la que dio un paso adelante y también organizó su primera Vuelta femenina tras un crecimiento progresivo de los días de competición de lo que se había conocido los años anteriores como la Challenge by La Vuelta. En 2024, para redondear el crecimiento y la mejora del ciclismo femenino, RCS, la empresa organizadora del Giro de Italia, se hará cargo por primera vez del Giro femenino. Un salto adelante que la prueba necesitaba y que a buen seguro implicará más cobertura mediática y un nuevo impulso a la carrera.
Del 7 al 14 de julio, por lo que se solapará con el Tour masculino, se correrá la edición femenina del Giro. Tendrá dos días menos de competición, ocho en lugar de diez, pero el recorrido es atractivo. Además, dado que será la última gran cita del calendario antes de los Juegos Olímpicos, porque el próximo año el Tour femenino se disputará a mediados de agosto.
La prueba empezará con una contrarreloj individual de 16,6 kilómetros en Brescia. Tras una primera etapa en línea llana, al tercer día habrá un primer final en alto en Toano. La cuarta etapa, entre Imola y Urbino, también podría ser propicia para las mujeres de la general. Al día siguiente será el turno para las velocistas, antes de un perfil atractivo de media montaña en la sexta etapa.
La traca final, el sábado 13 de julio y el domingo 14, llegará con dos etapas de montaña en las que se resolverá la carrera. Especialmente dura es la séptima etapa, con una primera ascensión a Passo Lanciano y una meta muy exigente en el Blockhaus.
El Giro femenino concluirá con una jornada rompepiernas con meta en L’Aquila.
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