Lazkano se exhibe en Jaén

 

Apenas tres años de historia tiene la clásica Jaén Paraíso Interior y, sin embargo, ya se ha ganado un hueco como una de las carreras más atractivas y singulares de la temporada. La prueba está siguiendo un recorrido similar a lo ocurrido con la muy exitosa Strade Bianche, su gran rererente, que también en poco tiempo se ganó la admiración de aficionados y ciclistas. Como aquella, la clásica jienense cuenta también con un paisaje único (allí los viñedos de la Toscana, aquí los olivos de Jaén), mucha dureza y tramos de sterrato. Igual que la Strade Bianche, la Jaén Paraíso Interior tiene un encantador aire de ciclismo añejo y regala imágenes espectaculares. 


La obligada decisión de anular parte del recorrido por las lluvias de estos días en Jaén, que conocimos ayer, no ha deslucido en absoluto la tercera edición de la prueba. Hubo mucha batalla para formar la fuga, que finalmente compusieron Jefferson Cepeda, Igor Arrieta, Nicolas Prodhomme, Oier Lazkano y Alex Molenaar, mientras que Visma tiraba del pelotón. 


Una caída dejó fuera de la carrera a Mads Pedersen, que venía con una muy buena racha tras ganar la Étoile de Bessèges más una etapa y tres etapas y la general del Tour de la Provenza. Poco después, Wout Van Aert, otro de los nombres propios de la carrera, sufrió un pinchazo. El equipo tardó demasiado en cambiarle la rueda trasera y, aunque sus gregarios intentaron llevarlas adelante con todas sus fuerzas,  ahí terminó la clásica del belga. 




Tras el pinchazo de Van Aert, uno de los momentos decisivos de la prueba, fue el Ineos de Carlos Rodríguez el equipo que se puso al frente del grupo de favoritos, a quien más adelante sucedió en cabeza del pelotón el UAE de Juan Ayuso. La gran baza del Visma había perdido todas sus opciones, es verdad, pero el equipo neerlandés contaba con dos ciclistas en ese grupo, y no dos ciclistas cualesquiera, Sepp Kuss y Jan Tratnik. Junto a ellos, tras un acelerón de Kuss, sólo quedaron Tim Wellens, Iván García Cortina, Michal Kwiatkowski y Bastien Tronchon, aunque después aflojaron el ritmo y llegaron a su altura más corredores. 


Por delante, en la fuga, sólo Prodhomme era capaz de aguantar el pasadoble de Lazkano, que demostró desde muy pronto que tenía unas piernas de escándalo y que era el más fuerte de los escapados. Uno a uno se fue deshaciendo de sus compañeros de aventura. A 22 kilómetros del final también ñ descolgó al francés y el campeón de España se quedó solo en cabeza, aunque tras el penúltimo tramo de tierra prefirió esperar un poco para hacer acompañado los kilómetros finales, demostrado una vez más quién era el más fuerte de la dupla de cabeza. 


El grupo de Kuss recortaba distancias con Lazkano y Prodhomme, pero muy, muy lentamente. Los kilómetros pasaban y las opciones de que la victoria estuviera delante crecían. A falta de13 kilómetros para la meta, ya en el último tramo, Lazkano se marchó en solitario a por la victoria. Ya nadie lo vio hasta la meta. También en ese último tramo aceleró Tratnik para Kuss y a su rueda sólo pudieron seguirlos Tronchon y Wellens, que se consolidaron como el cuartero perseguidor. 


Lazkano salió de este último tramo de sterrato con unos 40 segundos de ventaja. Los dosificó con maestría. Mostraba gestos de esfuerzo máximo y dolor, pero consiguió mantenerse al frente, sin que en ningún momento peligrara su victoria. Se ha impuesto a lo campeón, festejando su primera victoria del año, ganado una carrera que no hace más que confirmarse como una clásica maravillosa y, de paso, recordando que estamos ante un corredor capaz cuyo techo desconocemos en las carreras de un día. Tronchon le ganó a Wellens el sprint por la segunda plaza. 

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