Estamos en la Vuelta a España y eso significa que Primoz Roglic sonríe y gana. Todo en orden. El corredor esloveno se siente en casa en la ronda española. Todo lo que son angustias, golpes de mala suerte y disgustos en el Tour, se convierten en victorias y alegrías en la Vuelta. El propio semblante de Roglic lo dice todo. En ninguna otra carrera se lo ve sonreír más que en la tercera grande de la temporada. En la Vuelta es feliz y está relajado. Aquí es donde más a gusto se encuentra y donde siempre muestra su mejor versión.
Parece otro Roglic en la Vuelta. Como Roglic por su casa, sí. El primer final en alto de la carrera, en el Pico Villuercas, ha servido para que el corredor esloveno gane su primera etapa en esta edición de la carrera y se ponga líder. Su equipo, el Red Bull-Bora, ha dominado la carrera durante toda la etapa y él mismo ha respondido a los ataques en el puerto final y ha marcado el ritmo en el grupo de los favoritos. Ha ejercicio de lo que es, el patrón de facto de la carrera.
La escapada, formada por Bruno Armirail (Decathlon Ag2r), Pablo Castrillo (Kern Pharma), Filippo Zana (Jayco AlUla), Sylvain Moniquet (Lotto-Dstny) y Mikel Bizkarra (Euskaltel-Euskadi), no tuvo opción real de luchar por la etapa. El que más lejos llegó fue Castrillo, cazado ya en la parte más dura de la subida final, en el tramo de cemento con rampas más pronunciadas, y el que más premio saca de la fuga es Moniquet, nuevo líder de la montaña.
El UAE lanzó a Pavel Sivakov. Atacó dos veces el corredor francés. Las dos respondió en primera persona Primoz Roglic, dejando claro quién manda aquí. Luego atacó Feliz Gall. Sólo Enric Mas, espléndido hoy, y Lennert Van Eetvelt aguantaron el ritmo de Roglic. Los tres alcanzaron a Gall a falta de poco menos de tres kilómetros para el final y, poco después, descolgaron al ciclista austriaco.
Como siempre, João Almeida fue de menos a más. Junto a él resistió un sorprendente Matthew Riccitello. Los seis se agruparon en cabeza a falta de 1,5 kilómetros del final. A 800 metros enlazó Mikel Landa, que hoy ha sabido sufrir y, puro landismo, lo probó incluso en la parte final y fue el primero en lanzarse hacia la meta. El landismo vive, la lucha sigue. Respondió a ese ataque un muy potente Van Eetvelt, al que siguió de cerca Roglic. Se vio ganador el ciclista del Lotto-Dstny. Tanto, que levantó el brazo antes de tiempo y eso permitió a Roglic ganarle la etapa y redondear un impecable primer día de montaña.
No había ninguna duda, pero por si acaso, Roglic ha dejado bien claro a lo que viene aquí. En Roglic hay que confiar siempre, porque es un corredor inconmensurable, pero más aún en la Vuelta. Ha sacado 18 segundos a Antonio Tiberi, 28 segundos a Sepp Kuss, 43 segundos a Mattias Skjelmose, 51 segundos a Isaac Del Toro y a Carlos Rodríguez, 1:11 a Ben O’Connor, 1:29 a Richard Carapaz y Adam Yates, 1:38 a Cian Uijtdebroeks. Son diferencias relevantes, desde luego. Un primer golpe de autoridad del esloveno, que viene a por su cuarta victoria en la general de la Vuelta.
Tras la etapa de hoy, Roglic es líder de la carrera con ocho segundos de ventaja sobre Almeida (al que nunca, jamás, bajo ningún concepto se puede dar por derrotado en las subidas), 32 segundos sobre Mas (de quien se puede decir lo mismo que de Roglic sobre lo relajado que se encuentra el la Vuelta frente a la presión del Tour), 38 segundos sobre Tiberi (que hoy ha resistido muy bien y ya fue de menos a más en el Giro), 41 segundos sobre Van Eetvelt (que se acordará unos cuantos días de su error de levantar el brazo antes de ganar la etapa), 47 segundos sobre Gall (excelente escalador), 50 segundos sobre McNulty (líder el primer día y segunda baza del UAE), 58 segundos sobre Skjelmose (que no ha podido estar en la pomada hoy, pero ha salvado bien el día), 58 segundos sobre Landa (listo para dar grandes tardes de gloria y landismo) y un minuto sobre Vlasov (coequipier de Roglic).
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