Hirschi conquista Donosti tras un recital del UAE

La Clásica de San Sebastián se ha disputado hoy en mitad de los Juegos Olímpicos, que nos está marcando la agenda un poco a todos estas dos últimas semanas, y en plena Semana Grande donostiarra. Naturalmente, ni la intensa actividad olímpica (la prueba se decidió a la vez que la selección española de waterpolo ganaba el oro olímpico en París) ni mucho menos el ambiente festivo en Donosti hicieron mella en la afluencia del público a la Klasikoa. Una vez más, la afición vasca, como siempre, ha respondido. La coincidencia con los Juegos y la proximidad de la Vuelta han mermado ligeramente la participación, pero desde luego no el nivel ni la emoción de la clásica. Ha sido un fantástico día de ciclismo en Donosti.

La victoria la han disputado dos ciclistas que, según parece, serán compañeros el próximo año en el Tudor: Marc Hirschi (que ahora corre para el UAE) y Julian Alaphilippe (que se marchará del Soudal-Quick Step a final de esta temporada). Curioso desenlace. Hoy mismo Patrick Lefevere, el bocachanclas patrón del Soudal-Quick Step, confirmaba que Alaphilippe, al que había criticado con dureza hace unos meses, abandonaría el equipo el próximo año. 

Alaphilippe ha corrido hoy con su garra y ambición de siempre, pero posiblemente aún con más ganas de reivindicarse, de demostrar a todo el mundo que sigue siendo el ciclista combativo e inconformista de siempre. Pero el francés se ha encontrado con un UAE todopoderoso en la Klasikoa. El equipo emiratí ha sido la auténtica referencia de la carrera y el triunfo ha terminado siendo para Hirschi, que suma así su cuarta victoria del año tras La Drôme Classic y una etapa y la general del Tour de la República Checa. El suizo se ha impuesto al francés en un mano a mano trepidante disputado esta vez no en el boulevard donostiarra sino en la Zurriola, frente al Kursaal, precisamente por la Semana Grande. 

El equipo que no ha sido capaz de imponer su ley en la carrera ha sido el Visma-Lease a Bike, y eso que el equipo neerlandés ha asumido la responsabilidad de dar caza a la fuga. Motivos había para esperar que esa escuadra fuera protagonista, ya que partía con Jonas Vingegaard, segundo en el Tour de Francia, y con Sepp Kuss, quien viene de ganar la Vuelta a Burgos, como jefes de filas, pero ninguno de los dos ha podido llegar a la parte final de la carrera con opciones. Vingegaard se cortó en la ascensión a Erlaitz, a algo más de cuarenta kilómetros del final. 

Muy pronto se formó una fuga numerosa con Simon Carr (EF), Warren Barguil (DSM), Amanuel Ghebreigzabhier (Lidl-Trek), Sylvain Moniquet (Lotto-Dstny), Davide De Pretto (Jayco-AlUla), Jesús Herrada (Cofidis), Ben Zwiehoff (Red Bull-Bora), Thibault Guernalet (Arkea), Adne Holter (Uno-X) y Pierre Latour (TotalEnergies). 

Carr se fue en solitario hacia adelante, pero fue cazado cuando llegó Erlaitz, la penúltima dificultad montañosa de la carrera. Allí Florian Lipowitz (Red Bull-Bora) y Alaphilippe lo probaron cuando restaban 43 kilómetros para la meta. Luego saltó Pavel Sivakov (UAE). Y empezó el festival del equipo emiratí. Este último llevaba un punto más y se fue hacia adelante en solitario. El ciclista francés del UAE abrió hueco y llegó a tener medio minuto de ventaja con sus perseguidores.

Sivakov coronó con 20 segundos de ventaja. La situación era privilegiada para su equipo, que ha desarrollado una estrategia fantástica, ya que en el grupo perseguidor marchaban cuatro compañeros de Sivakov: Isaac Del Toro, Jan Christen, Marc Hirschi y Brandon McNulty. Junto a ellos, rivales de la talla de Alaphilippe, Maxim Van Gils y Lennert Van Eetvelt (Lotto-Dstny).

Faltaba una última ascensión, al muro de Pilotegi, a diez kilómetros, y ahí llegó un nuevo ataque de Alaphilippe, siempre valiente. Se formó un grupo de cinco en cabeza con dos ciclistas del UAE (Hirschi y McNulty), Alaphilippe, Patrick Konrad (Lidl-Trek) y Jonathan Narváez (Ineos). Alaphilippe aceleró en la parte final de la ascensión y sólo Hirschi pudo seguir ese poderoso demarraje. 

Se entendieron bien Alaphilippe, visiblemente nervioso, y Hirschi, mientras Van Eetvelt los perseguía en solitario. Miraba para atrás el francés una y otra vez, hasta que se aseguró de que la victoria era cosa de dos. Lo intentó Loulou, pero hoy no pudo culminar su aventura con una victoria. Ha sido el único en plantar cara a un UAE intocable hoy, como lo fue en el Giro y en el Tour con Pogacar, como lo lleva siendo casi toda la temporada. Ha sido una gran carrera, en mitad de los Juegos Olímpicos y de la Semana Grande. La Klasikoa es mucha Klasikoa. 

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