Change Cycling Now: nuevo grupo que pide cambios en el ciclismo

Últimamente no paramos. Está claro que algo se está moviendo. Los devastadores efectos del caso Armstrong y el palpable descontento de un notable grupo de personas vinculadas al ciclismo con los actuales mandatarios de la UCI han provocado que surjan distintas plataformas que reclaman cambios en nuestro deporte. Ayer mismo, recibíamos la noticia de la creación de Change Cycling Now, un nuevo grupo de presión a la UCI. Lo anunciaron emitiendo un comunicado en el que decían que componen este grupo "ex ciclistas profesionales, mundialmente reconocidos expertos en dopaje y periodistas internacionales".
 
Su objetivo es "forzar cambios en el gobierno del ciclismo internacional y proponer una visión positiva del futuro del ciclismo". Anuncian una reunión para la próxima semana en Londres. Consideran que la reputación de este deporte está dañanada y por ello buscarán "analizar propuestas para ofrecer un nuevo enfoque". Esos cambios tendrán como requisito indispensable, según aseguran, un  "cambio en las estructuras de gobierno del ciclismo internacional y la implementación de controles antidopaje independientes".
 
Anuncian también en el comunicado los nombres de algunos de los componentes de este grupo. Entre ellos, el experto en dopaje Michael Ashenden  y el ex entrenador de ciclistas Antoine Vayer. Además aseguran que "colabora regularmente el periódico francés Le Monde". Otro participante es el periodista freelance y escritos  Paul Kimmage, "que fue objeto de una denuncia presentada por el Presidente y ex presidente de la UCI, tras haber lanzado acusaciones de prácticas corruptas". Más tarde, "la demanda fue recusada y Kimmage ha presentado una contrademanda por difamación". Junto a él estará el redactor jefe de la sección de deportes del Sunday Times y autor del libro contra Armstrong "L.A Confidential: los secretos de Lance Armstrong", Davis Walsh.
 
Travis Tygart, Director Ejecutivo de la Agencia Americana antidopaje (USADA), también participará en la reunión del próximo domingo en Londres, a través de videoconferencia. Jamie Fuller, "hombre de negocios australiano" y "propietario de la empresa de prendas de compresión gradual para deporte SKINS®, patrocinador actualmente de seis equipos ciclistas y federaciones nacionales". Él ha declarado, según se recoge en el comunicado, nace fruto de "la frustración y la rabia que yo y muchas otras personas involucradas directamente con el deporte sentimos contra la UCI y su gestión". Espera que esta plataforma sea "un potente grupo que refleje el sentimiento de miles de personas seguidoras del deporte y que desean ver un cambio definitivo".

Veremos. Esperaremos acontecimientos. Por lo pronto, la creación de este grupo junto a otros movimientos que hemos destacado aquí estas últimas semanas muestran que hay reflexiones y debates abiertos en torno al futuro del ciclismo, ideas y proyectos para cambiarlo. Eso no quiere decir precisamente que haya unidad. Surgen distintas propuestas, distintos proyectos, que no parecen aglutinar, a priori, ninguno de ellos a una amplia mayoría de los estamentos implicados en el ciclismo. Conviene que haya debates sobre posibles cambios para mejorar este deporte y lograr superar la actual crisis de imagen por el escándalo casi del siglo pasado que ha vuelto en forma de fantasma con la sanción a Armstrong. Pero conviene que esos debates sean representativos y que incluyan a todos los sectores: ciclistas, organizadores, patrocinadores, directores de carrera, etc.
 
Lo que estamos viendo, de momento, son movimientos aislados de los que no dudamos su buena fe y su intención de mejorar las cosas. Pero cuesta mucho echarse en los brazos de éste o aquel proyecto, cuando no sabemos todavía a ciencia cierta hasta qué punto son representativos cada uno de ellos. El gran problema aquí, y en eso estaremos casi todos de acuerdo, es la falta de credibilidad y el desprestigio de la UCI. En condiciones normales, ante una situación así en la que urge debates y reflexiones sobre el futuro del ciclismo y cómo mejorar su imagen, lo razonable sería que el máximo organismo de este deporte fuera quien liderara el proceso de debate. De hecho, la UCI ha promovido una ronda de debates el próximo año. Pero ocurre que la UCI, sus actuales responsables, se ha ganado a pulso ese desprestigio y falta de confianza que despierta en muchos sectores de este deporte. La creación de Change Cycling Now lo expresa con claridad: sí o sí, cualquier cambio creíble en el ciclismo debe pasar por la marcha de sus actuales mandatarios. Digamos que la actual UCI no parece un interlocutor válido, no es un organismo con la suficiente credibilidad como para jugar el papel de moderador y guía de ese proceso de debate global que se ha de abrir en el ciclismo.
 
Presentadas las dudas, también hay que decir que es positivo, incluso muy positivo, que haya movimientos en el seno del ciclismo de personas que están relacionadas de un modo u otro con este deporte y que muestran su preocupación por cómo funciona actualmente y sus deseos de mejorar su funcionamiento y organización. Vivmos una etapa, en ese sentido, dura, por el daño brutal que ha hecho el caso Armstrong al ciclismo; pero también interesante, porque puede dar lugar, veremos, a cambios en la estructura de la competición o a mejoras con aportes de los distintos actores implicados en este deporte.

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