Alarma Astana

Esto pinta muy feo para Astana. No uno. Ni dos, ni tres, sino cuatro positivos por dopaje en un año, en apenas unos meses de hecho, dentro de la estructura del conjunto kazajo. La turbia situación en la que se encuentra el conjunto Astana nos devuelve los peores fantasmas, esos que en el fondo nunca hemos llegado a olvidar del todo. Las sospechas, los recelos. Es muy preocupante y de una enorme gravedad que cuatro corredores vinculados a la estructura de uno de los grandes equipos del mundo, donde además milita el ganador del Tour de Francia de este año, Vincenzo Nibali, hayan dado positivo por dopaje. Ya tras el tercer caso, la UCI anunció que iba a solicitar a la Comisión de Licencias "una revisión completa de la dirección y la política antidopaje del Astana Pro Team". Ahora, con un nuevo positivo, el equipo kazajo lo tiene cuesta arriba para conseguir ser conjunto World Tour la próxima temporada. 

Dirige Astana, como saben, Alexander Vinokourov, corredor kazajo que durante su carrera profesional también fue suspendido durante un tiempo por dopaje. Yo siempre me he mostrado partidario de dar segundas oportunidades, de no establecer listas negras ni emprender procesos de pureza de sangre con resonancias inquisitoriales en el ciclismo. Pero la realidad, la tozuda realidad, da la razón en este caso a quienes sostienen que no tienen hueco en este deporte aquellos que han tenido vinculación en el pasado con las detestables prácticas tramposas que debemos erradicar en el ciclismo si queremos mantener la credibilidad . La sombra de la duda planea, ya de forma evidente y notoria, sobre el conjunto Astana. E, inevitablemente, cuando ya son cuatro los casos de dopaje en tan sólo unos meses, las miradas se dirigen hacia arriba, hacia el máximo responsable deportivo de la escuadra. 

Por recopilar estos cuatro casos de los que estamos hablando, ayer conocimos que Victor Okishev, corredor del conjunto continental de Astana, dio positivo por anabólicos androgénicos esteroides en los campeonatos asiáticos de ciclismo de mayo de este año. Ahora el corredor kazajo tiene derecho a solicitar el análisis de la prueba B. Antes que él, también dio positivo por esta misma sustancia  Ilya Davidenok, quien igualmente corría en el Astana continental. Y antes de estos dos casos conocimos sendos positivos por EPO de los hermanos Maxim y Valentin Iglinskiy, ambos en las filas del primer equipo del Astana. 

Como digo, tras los primeros casos de dopaje la UCI afirmó estar muy preocupada por esta situación y pidió revisar la licencia de Astana. Es muy poco probable, o así lo veo, que el equipo kazajo mantenga su licencia World Tour para la próxima temporada, lo que implicaría no estar, de entrada, en las grandes carreras del calendario y depender de las invitaciones. Pero, claro, pasaría a ser un equipo "apestado", con la sombra de la sospecha encima suya. Por lo que los organizadores de las carreras, que ya han dado prueba de su exceso de celo en estos casos en anteriores ocasiones, se lo pensarían mucho antes de invitar al conjunto Astana. Puede que la situación final no sea tan oscura para el equipo en el que militan Vincenzo Nibali, Fabio Aru, Mikel Landa y, desde esta temporada, Luis León Sánchez. Pero yo que ellos estaría realmente muy preocupado por el incierto futuro que se le presenta al equipo Astana, obligado a dar pasos en la buena dirección y a efectuar cambios. 

La postura de la UCI parece clara y, seamos serios, además parece la acertada. Algo raro sucede en un equipo donde cuatro corredores dan positivo una temporada. No se deben extender las sospechas hacia todo el conjunto ni pensar que hay una trama organizada de dopaje, pues no hay pruebas para defender tal cosa. Pero no hemos nacido ayer. Que cuatro corredores den positivo en una misma escuadra es una razón más que suficiente para encender todas las alarmas. Y en el sistema en el que estamos, donde el ciclismo debe esforzarse por dar una imagen de limpieza y severidad contra los tramposos, esta situación es casi una condena para la escuadra que acogió en su seno a cuatro positivos. 

Brian Cookson, presidente de la UCI, fue preguntado por la situación de Astana en la espléndida entrevista publicada por Ciclo 21. Aún no se conocía este cuarto caso de dopaje, por lo que el equipo kazajo está todavía más en el alambre. Cookson fue preguntado sobre si el ciclismo puede permitirse los escándalos de Astana. Su respuesta fue contundente:  "No. Es la respuesta corta y concisa a su pregunta. No nos lo podemos permitir. Por eso estamos animando a todo el mundo a hablar y participar en la Comisión por la verdad y la reconciliación como algunos la llaman, un término que, por cierto, no me gusta nada". Cuando los compañeros de Ciclo 21 insistieron y le interrogaron sobre la posibilidad de una retirada de la licencia afirma que "queremos esas conclusiones para primeros de 2015 y una de las cosas que queremos hacer con ellas es estudiar un mejor proceso para decidir quién puede estar involucrado en un equipo y bajo qué premisas".Y también indica, en clara alusión a Vinokourov, que desde 2011 existe una normativa según la cual si alguien ha tenido una sanción por dopaje de dos años no puede estar vinculado con un equipo, pero que esa ley no se puede aplicar con carácter retroactivo. 

La salida de Vinokourov, quizá, calmaría algo las aguas en Astana,, cuya situación es muy frágil. Al menos, sería un gesto de regeneración. Los sucesivos cuatro casos de dopaje en el equipo Astana es jarro de agua fría para el conjunto kazajo, sin duda, pero también lo es para todo el ciclismo, pues nos vuelve a traer las sospechas generalizadas, el maldito dopaje que nos persigue, las dudas sobre la credibilidad de nuestro deporte. Un desquiciante paso atrás. 

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