La Vuelta cumple hoy 80 años

"Ha comenzado la primera Vuelta Ciclista. Un acontecimiento deportivo como jamás se ha presenciado otro en España. Veinte mil personas, dos mil automóviles, cuatro mil ciclistas acompañan a los corredores hasta el alto del León". Así se hacía eco en portada el diario Informaciones, promotor de la Vuelta Ciclista a España del comienzo de la primera edición de la ronda. Fue tal día como hoy de hace 80 años. El 29 de abril de 1935 echó a rodar la prueba.

Gusta pensar que, aunque todo haya cambiado (el ciclismo, la sociedad, los colores en las portadas de los medios, la internacionalización  de este deporte, la grandiosidad de la Vuelta...) hay algo que se mantiene y es ese espíritu de reto, de aventura osada y desafío titánico a la lógica que representa el ciclismo y una gran vuelta. Han cambiado los materiales, pero este hermoso deporte sigue siendo un equipo de corredores encima de una bicicleta con el objetivo de llegar los primeros. Se mantiene el reto de llegar más alto, más lejos, más rápido, impulsados con la única fuerza de los ciclistas dando pedales. Se mantiene la pasión y la épica de un deporte sin igual. La sensación de que cualquier cosa puede ocurrir en cualquier momento, porque aunque ahora el ciclismo esté mucho más estudiado y controlado, no deja de contener la chispa de la emoción, de la sorpresa, 

Aquella primera edición de la Vuelta Ciclista a España estaba formada de 14 etapas en las que se recorrieron 3.425 kilómetros. Fueron 50 los corredores que tomaron la salida y el más rápido fue el belga Gustaff Deloor, quien también se llevó la victoria en la siguiente edición de la carrera. Ese año, 1936, tiene negras resonancias en la historia española. Fue el año del estallido de la Guerra Civil, lo que destrozó la vida y los sueños de millones de españoles y también frenó en seco la ronda ciclista que había comenzado tan solo un año antes. Entre 1937 y 1940 no se pudo correr la prueba, que también se vio zarandeada, en este caso con una merma notable de la participación de corredores extranjeros en 1941 y con la suspensión en 1943 y 1944, por la II Guerra Mundial. 

Durante sus primeros años de existencia, la historia de la Vuelta, al igual que la de muchas otras carreras ciclistas, estuvo ligada a la de un medio de comunicación. Promover y organizar una ronda ciclista en la que decenas de heroicos corredores asumen el hercúleo reto de recorrer un país entero encima de su bicicleta era una poderosa estrategia de marketing que relanzó las ventas del francés L´Auto (organizador del Tour de Francia) y del italiano La Gazzeta dello Sport (promotor del Giro de Italia). El color del maillot de líder de estas pruebas también tiene vinculación con estos diarios. En el caso de la Vuelta, tras el lanzamiento por parte del diario Informaciones, fue el católico Ya el que asumió la organización de la prueba en 1945 y durante unos pocos años.

 La ronda volvió a verse interrumpida, esta vez por problemas económicos, durante cuatro años hasta que en 1955 el periódico El Correo Español/El Pueblo Vasco asumió la organización de la prueba. Eso significó, por fin, cierta estabilidad a la carrera y el hecho de que varias ediciones de la Vuelta concluyeron en localidades del País Vasco. De hecho, en las 69 ediciones disputadas hasta la fecha de la ronda española, sólo en 24 el final no ha sido en Madrid. Bilbao acogió el final de la prueba en 13 ocasiones; San Sebastián, en 6; Santiago de Compostela en dos (la última, el año pasado) y Miranda de Ebro,Salamanca y Jerez de la Frontera, en una. 

Este periódico fue el organizador de la Vuelta hasta que en 1979 Unipublic asume las riendas. Esta empresa sigue organizando la carrera, consolidada como una de las tres grandes del calendario junto al Giro y al Tour. Ahora es propiedad de ASO, la empresa organizadora del Tour de Francia y componente de esa especie de duopolio en el calendario internacional que forma con RCS Sport, la compañía encargada de organizar el Giro de Italia y muchas otras pruebas. Tal vez uno de los retos actuales para la Vuelta es preservar su duración de tres semanas, ya que en medio de crecientes debates sobre una reorganización del calendario ciclista no son pocas las voces que piden que la Vuelta se reduzca a las dos semanas, lo que en mi opinión sería una pérdida notable para la ronda española. Sus organizadores están comprometidos a defender las tres semanas. 

El hecho de que celebremos hoy el 80 aniversario del comienzo de esta maravillosa locura que es la Vuelta Ciclista a España, de esta pasión sobre ruedas, nos invita a recordar otro de los aspectos que han cambiado en los últimos años, sus fechas. La Vuelta comenzó disputándose en abril, por lo que durante muchos años fue la primera gran ronda de tres semanas del calendario antes del Giro, que llegaba poco después, en mayo, y del Tour, que siempre se ha disputado en julio. Este 2015, precisamente, se cumplen también años (20) desde que la Vuelta decidió cambiar sus fechas y trasladarse a septiembre. Desde entonces, la Vuelta pasa a ser la última gran carrera en el calendario internacional, lo cual tiene su parte negativa (quienes han cumplido en el Tour no suelen optar por correr la ronda española), pero también positiva (es una última reválida para corredores que no han cubierto objetivos en la temporada, así como un lugar magnífico para preparar el Mundial, que se suele disputar dos semanas después del final de la carrera). En los últimos años, sin duda, no hay queja posible de la participación de la carrera española. 

Otros hitos reseñables en la historia de la Vuelta, son, por ejemplo, la primera edición que fue retransmitida por televisión en directo. Fue la Vuelta de 1983, que también fue la primera en la que se subió a los Lagos de Covadonga, convertidos desde entonces en una de las cumbres míticas de la ronda española. No es ni la más decisiva ni la más exigente, pero tiene algo especial. Aquella edición, además, la ganó un tal Bernard Hinault. Más reciente es la conquista para la ronda española de otra cumbre asturiana igualmente querida por los aficionados, el rompedor L´Angliru, que se escaló por primera vez en la Vuelta de 1999. Allí ganó el inolvidable Chava Jiménez, quien protagonizó entre la niebla uno de esos momentos memorables de la historia de la ronda española. También merece una mención el cambio que ha ido experimentando el color que distingue al líder de la carrera. Primero fue naranja. Después pasó al blanco, volvió al naranja y estuvo mucho años siendo rojo, color que se recuperó en 2010 después de una larga de temporada de amarillos y dorados. 

En cuanto a los corredores que son historia de la Vuelta, sin duda Roberto Heras ocupa un lugar destacado, a pesar de ese caso de dopaje que puso en cuestión alguno de sus triunfos, sanción que después levantó el Tribunal Supremo. Ganó cuatro ediciones de la Vuelta (2000, 2003, 2004 y 2005). El ciclista que más etapas de la ronda española ha ganado es el español Delio Rodríguez, con 39 etapas. Además, se llevó el triunfo en la general final en 1945. Por su parte, Alex Zulle es el ciclista que más días ha corrido la Vuelta vestido de líder, 48. Por una ausencia más que por su presencia, destaca también el nombre de Miguel Indurain, quien nunca pudo ganar esta carrera (fue segundo en 1991). En la época reciente, y a un triunfo de ser el ciclista con más victorias de la historia de la carrera empatado con Heras, sobresale el nombre de Alberto Contador, ganador de la ronda en 2008, 2012 y 2014, siempre que la ha corrido. 

El triunfador más veterano es Chris Horner, ganador de la edición de 2014. Grandes ciclistas de todos los tiempos tienen en su palmarés la Vuelta a España. Entre ellos, por orden cronológico, podemos destacar a Jacques Anquetil (1963), Luis Ocaña (1970), Eddy Merckx (1973), Bernard Hinault (1978 y 1983), Pedro Delgado (1985 y 1989), Tony Rominger (1992, 1993 y 1994) o Alejandro Valverde (2009), entre otros. 

La Vuelta, en fin, sopla hoy sus 80 velas. ¡Felicidades y que cumpla muchos más!

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