Llegó el día. Al fin comienza el Tour de Francia, que es tanto como decir que comienza el verano. Empieza el gran evento ciclista de cada temporada. Algo más que una carrera ciclista. Julio volverá a pintar de amarillo las carreteras francesas y nos hará revivir tantos momentos de emoción, tantas tardes de verano pegados a la pantalla, tantas gestas y hazañas en los Pirineos y los Alpes. Es Tour es el Tour. Por supuesto que lleva mucho tiempo sin ser la gran vuelta más espectacular. Naturalmente que hay carreras más apasionantes y con más magia, como las clásicas de primavera. Pero nada se compara al Tour. Por su historia, por su seguimiento mediático, por la locura frenética y la grandeza que lo envuelve todo. El Tour es especial e incomparable. Comienzan tres semanas de ciclismo en las que tendremos tiempo de quejarnos por la falta de ataques o de criticar las jornadas llanas destinadas al sprint, pero en las que no dejaremos de vibrar, porque el Tour de Francia es el Tour de Francia.
La carrera comienza con una etapa llana de 201 kilómetros con salida en la isla de Noirmoutier, en el oeste de Francia. En principio es una prueba destinada a los hombres rápidos de la carrera, así que Peter Sagan, Marcel Kittel, Michael Matthews, Fernando Gaviria, Sonny Colbrelli, Mark Cavendish, Arnaud Demare y André Greipel, entre otros, buscarán vestir el primer maillot amarillo de este Tour. El nuevo sprint intermedio bonificado con tiempo, marcado con un círculo amarillo en los perfiles de la etapa, pueden jugar un papel importante en esta primera lucha del Tour, en la que los ciclistas también deberán estar pendientes del viento.
Recordamos aquí el resto de contenidos de la previa del Tour de Francia:
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